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Para conmemorar el Día Mundial del Libro, el próximo 23 de abril
México sí es un país de lectores, lo cual no significa que no haya mucho por hacer: debemos impulsar más la lectura, crear más programas y trabajar más en conjunto porque hay varias iniciativas aisladas.
En todos los programas que realizan la Dirección de Publicaciones y las Salas de Lectura del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), tratamos de integrar a numerosas instituciones lo que nos ha dado un excelente resultado, expuso la directora de Publicaciones del CONACULTA, Laura Emilia Pacheco.
En México sí se lee, consideró, pero muchas de las labores que se organizan están desunidas: «Si todos trabajáramos en conjunto, se notaría mucho más el esfuerzo, aunque siempre quedará mucho por hacer, porque formar lectores es una labor infinita y hermosa».
A partir de ayer y durante todo el mes, la Dirección de Publicaciones del CONACULTA desarrollará, con la colaboración de otros organismos, un amplio programa en plazas públicas, bibliotecas, salas de lectura, parques y explanadas de todo el país.
La Dirección de Publicaciones celebrará así que el 23 de abril es el Día Mundial del Libro, instituido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO); en esa fecha «confluyen tres acontecimientos importantes: las muertes de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilazo de la Vega. Esto nos da un pretexto magnífico para celebrar en torno al libro y brindar más atención mediática a los programas que tenemos».
El ambiente de fiesta, confía Laura Emilia, ayudará a captar a muchos lectores «Que de otra manera serían tímidos para acercarse a la lectura y al libro. Durante abril, no solamente el día 23, se realizarán numerosas labores: lecturas en plazas públicas, cuentos colectivos, que provocarán la curiosidad de personas que quizá normalmente no se acercarían al libro por temor, porque le da pena, etcétera. Es una magnífica oportunidad para compartir y abrir las puertas de la lectura y del libro con una comunidad muchísimo más amplia».
La narradora y ensayista Laura Emilia Pacheco comentó el significado que tiene para ella el libro: «Soy privilegiada. Crecí entre libros y son parte de mi vida. Son una compañía inseparable tanto por saber que están ahí físicamente, como por las lecturas que realizo. Las pocas ocasiones en que no he tenido la compañía de un libro, ya sea su presencia física o la lectura del mismo, me he sentido muy desvalida. Aprendemos mucho de los libros. La lectura es un acto de placer, de aventura, de imaginación, de ejercicio mental y de autoconocimiento porque aprendemos a conocer quiénes somos o qué no queremos ser. La lectura es fantástica».
Autora de El último mundo, celebró la existencia de las nuevas tecnologías: «No están peleadas con el libro de papel. Se llaman: soporte de papel. Me molesta un poco el término, porque me encantan los libros físicamente: tocarlos, olerlos, cargarlos. Debemos estar a la par de los cambios. Ya veo a muchos jóvenes leyendo en los nuevos soportes que son muy atractivos. Los libros son una compañía maravillosa y una fuente interminable de imaginación».
Con un absoluto no, respondió a la interrogante sobre si debemos temer a la nueva tecnología: «Es justamente lo que tenemos que vencer: el miedo, que quizá se produce porque nos sentimos atrasados, porque no conocemos las tecnologías, pero esa transición deberá ser agradable, dócil y amable para que perdamos el recelo.
«Son cuestiones muy distintas, leer un libro de papel sentada en un sillón y alumbrada con una lámpara que portar un dispositivo. Pero con ambos se puede trabajar muy bien y conjuntamente, y ese es el futuro. Durante la Feria de Bologna todos los editores, ilustradores y autores coincidieron en que se tiene que trabajar con miras a la nueva tecnología. No podemos quedarnos atrás».
La Dirección de Publicaciones está realizando un esfuerzo: «El año pasado empezamos el Seminario de Derechos de Autor y durante el presente 2011 todas las sesiones están dedicadas a los distintos aspectos del libro electrónico y los derechos de autor, soportes, cómo se utilizan los textos, etcétera, porque es un territorio desconocido que vamos conociendo paso a paso».
Para este mes y dentro de las actividades del III Seminario denominado «El Derecho de Autor en el Ámbito Editorial», organizado por Conaculta e Indautor, el viernes 15 de abril a las 18:00 horas en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes, se hablará sobre e-book y ciberliteratura con la participación de: Agustín Ríos, Javier Solorio, Carlos Manrique y Jorge Molet. Quienes no encuentren lugar o no puedan acudir, podrán seguirlo en tiempo real en www.conaculta.gob.mx/seminario.
¿Qué no debemos perdernos de esta gran fiesta?
«El contacto y la celebración con la lectura y los libros. Tendremos desde talleres infantiles, lectura en voz alta, cuento colectivo, un ring de letras entre autores, la proyección de una película; en el Sistema Colectivo de Transporte (Metro), los usuarios escucharán durante sus trayectos a varios autores leyendo sus obras. En cada plaza y a cada rincón de la República Mexicana llevaremos la lectura apoyándonos en nuestro Programa Nacional de Salas de Lectura que está presente en todo el territorio».
Además de las exposiciones que hay dentro del programa, el sábado 23 de abril, inaugurarán en la garita de San Ysidro, entre Tijuana y San Diego (en donde cada año cruzan más de 10 millones de personas y en días como el 23, que será Sábado de Gloria, las personas pueden hacer filas de hasta seis horas para cruzar) el proyecto: Lectura en la Línea y Lecturas de Cruce.
«Nuestra idea es colocar los libros al alcance tanto de las personas que van en coche, como de los peatones», dijo Laura Emilia Pacheco.
Otra actividad que compartió la ensayista y editora es la inauguración del Primer Centro del Libro y Formación Lectora del País, que será el 19 de abril en Colima. «Es el primero de los diez puntos de encuentro y formación de lectores de todas las edades que se instalarán en diversos estados del país, gracias al Fondo Especial de Fomento a la Lectura del CONACULTA».
El acervo estará conformado por 600 títulos, tendrá Internet gratuito, dispositivos de lectura electrónica, videoteca proporcionada por la Cineteca Nacional y una Estación de Escucha diseñada por Radio Educación, Bibliotecas del Promotor de la Lectura que no hay en otra parte y un programa de actividades y talleres. «Estamos integrando a todas las áreas del CONACULTA para que nos ayuden en este esfuerzo por el fomento a la lectura».
La especialista en letras hispánicas habló sobre el: «Ring de las Letras, espacio de combate para que poetas y narradores realicen un mano a mano de improvisación literaria y lectura en voz alta de poesía y narrativa. Se instalará una Sala de Lectura en la explanada del Palacio de Bellas Artes, para disfrutar y compartir los libros que se leen en las tres mil 612 Salas de Lectura activas en todo el país. Al final, se proyectará la película El viaje de Chihiro, de Hayao Miyazaki».
El Ring de las Letras, agregó Laura Emilia, será muy divertido y tiene mucho éxito, porque la gente que se acerca queda enganchada y compra el libro del autor o quiere platicar con los escritores y después recrean esas experiencias en sus propios hogares.
Del Programa Nacional de Salas de Lectura, cuyo lema es Somos lectores y seremos más, la escritora, cuya oficina semeja un jardín por la cantidad de plantas que la acompañan, narró que se ha dado cuenta del gran impulso que hay hacia la lectura.
«Quienes se acercan al programa son voluntarios, les damos un acervo mínimo de 100 libros, ellos ponen un espacio que puede ser muy pequeño, hay salas en todo tipo de lugares y los encuentros generan una cuestión muy especial: una comunión que no se da en otros sitios. A las salas acuden niños y hasta adultos mayores y se crea una conversación. Todo ello es fantástico porque eso une a las comunidades».
Las salas de lectura, son auténticos centros sociales: «Los acervos están compuestos por los mejores libros. Detectamos que mucha gente no lee porque no ve o desconoce que necesita lentes. Tenemos libros para personas con debilidad visual, libros en braille y es un primer paso para que la gente se acerque, son personas que no irían a una librería porque les da miedo, no irían a una biblioteca porque consideran que son lugares para aprender o hacer la tarea. A raíz del entusiasmo de las personas que acuden a las Salas de Lectura, comienzan a comprar sus propios libros, a generar otras salas de lectura. Observo un entusiasmo que me emociona y en los días en que el trabajo es muy pesado, en días muy oscuros y complicados, lo que me saca adelante es pensar que estoy trabajando para esas Salas de Lectura».