La herencia recibida fue una deuda de 550 millones. Y el desafío del nuevo presidente, en julio de 2009, era evitar la quiebra económica sin perder presencia deportiva. En dos años, el Valencia ha repetido el tercer puesto en la Liga pese a que su presidente, Manuel Llorente, haya ido vendiendo a sus cuatro campeones del mundo con España: Villa al Barça por 40 millones; Silva al Manchester City por 33; Marchena al Villarreal por dos; y a punto está ahora de enviar a Mata al Chelsea por 27. Es decir, 102 millones a cambio de las joyas de la corona. A eso se unió una ampliación de capital social de 90 millones y una política de austeridad que ha reducido la deuda en más de 200 millones.
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Campeones para pagar la deuda