Según el diccionario de la Real Academia, por identidad se entiende Conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás. Identidad de género se refiere al sentimiento de pertenecer a un sexo determinado que no es concordante con los genitales con los que se nace. Este término agrupa a un sector de la población, las personas trangenéricas y transexuales.
El registro civil universal es la base para que las personas accedan a todos los demás derechos. Pero esta base, tiende a desconocer la identidad de género. La identificación juridica de las personas trasngenericas y transexuale resulta una limitante, al contener información que no se adecua a su realidad psicológica y/o social, y les excluye de un derecho civil de reconocimiento. La congruencia de la identidad jurídica o legal debe ser adecuada a la identidad física y psicológica. Para tal congruencia es necesario demandar el derecho a la rectificación del acta de nacimiento de las personas trans.
Paula Siverino indica que «la identificación es posterior a la identidad, ya que no puede identificarse lo que no existe…(y ) No debe confundirse el derecho fundamental a la identidad, con los signos visibles tenidos en cuenta a fin de determinar una identificación.» Así, es indispensable dotar del acceso a la rectificación de los documentos a personas trangenéricas y transexuales, es un derecho civil y fundamental que garantizaría la dignidad de las personas, y las pondría en equidad e igualdad ante el resto de los ciudadanos.
El derecho a la identidad es ni mas ni menos que el derecho a ser uno mismo, a ser percibido por los demás como quien se es; el derecho a la proyección y reconocimiento de la autoconstrucción personal. No reconocer el derecho a la rectificación de los documentos registrales a las personas trans es negar su existencia; es declarar ciudadanos y ciudadanas de segunda, es una suerte de muerte civil, de exilio social. La falta de una correcta identificación jurídica hace que sean victimas de discriminación, acoso, violencia y hasta de homicidio. Los periódicos son una clara muestra de esta realidad, «muere vestido en barranca, tenia 19 años», «travestido es acuchillado, masculino de 21 años». Personas jóvenes trans abandonan los estudios al ser victimas de bullyng, desencantados de la vida escolar a causa del acoso, renuncian al derecho a la educación, y acceden a vivir en la exclusión porque no existen oportunidades de empleo para quienes poseen una identidad diferente, una identidad que parece desagradable al empleador, que les condena, especialmente a las jóvenes trans, a vivir en el único mundo que al parecer esta permitido para las personas sexo-identitariamente diversas, la prostitución y el trabajo sexual.
Es indispensable generar los recursos legales que garanticen el reconocimiento de la correcta identidad e identificación de las personas trans, para que en lo venidero sean ciudadanos y ciudadanas de primera. Este seria un trabajo de JUSTICIA SOCIAL, un verdadero acto de EQUIDAD e igualdad de GÉNERO, un reconocimiento de DERECHOS CIVILES y un acto fundamental a respetar la vida de las personas distintas. Una elevación de los derechos HUMANOS para las personas que hasta ahora han vivido marginadas de los parámetros sociales que reconocen a los ciudadanos.
Fernando Savater expone que sí «hay peores y mejores culturas, las mejores saben de donde vienen pero también hacia donde quieren llegar, las mejores apuestan a la diversidad y la integran en un proyecto democrático, las mejores no Excluyen, ni marginan, ni segregan al diferente, al otro». Las mejores comprenden que incluso en la DIVERSIDAD existe la Unidad, las mejores ofrecen una cultura de reconocimiento legal a las identidades diversas, a las identidades autoconstruidas, para formar jóvenes, hombres y mujeres que se conviertan en verdaderos ciudadanos funcionales. Para formar una cultura que promueva derechos iguales para personas diversas.
Acceder a una legislación que promueva y prevea la rectificación de los documentos registrales de las personas trans es un acto que sin duda revestirá de dignidad e igualdad a niños, jóvenes y adultos, que hasta el día de hoy han sido olvidados. Es una exigencia que debe ser tomada en cuenta, vivir en una sociedad democrática lo debiera hacer posible ,pero fomentar una cultura hospitalaria para el distinto es una tarea de todos lo jóvenes, y será una tarea que demuestre que podemos modificar los criterios establecidos de lo que nos dijeron era ser hombre o mujer, “AL FIN Y AL CABO SOMOS LO QUE HACEMOS PARA CAMBIAR LO QUE SOMOS»