Con una gran tradición en la vida cultural del país, la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) ha sido semillero de talentos de los escenarios mexicanos durante más de seis décadas.
La ENAT fue abierta en 1946, cuando ofrecía estudios de actuación. Más tarde, en 1949, abrió la carrera de escenografía, lo que la convierte en la primera escuela en Latinoamérica que imparte la especialidad.
Actualmente bajo la dirección del maestro Gilberto Guerrero Vázquez, fue constituida por creadores e intelectuales como Xavier Villaurrutia, Salvador Novo y Clementina Otero, quienes desde el proyecto llamado Teatro Ulises asumieron el reto de expandir dicha manifestación y llevar lo mejor de ésta a la sociedad.
Actores como José Solé, Beatriz Aguirre, Ignacio López Tarso, Luis Gimeno, Virginia Gutiérrez, Tara Parra, Carmen Herrera de la Fuente, Felipe Armas, Aurora Izquierdo, Marta Ofelia Galindo y Farnesio de Bernal, son algunos de esos primeros frutos que tuvo la ENAT y que han servido de ejemplo para quienes han seguido sus pasos.
Por su intensa labor en la vida cultural de México, la ENAT fue distinguida el pasado 31 de mayo pasado con la presea Pilar del Teatro, que otorga el Centro Mexicano de Teatro, dependiente del Instituto Internacional de Teatro ITI-UNESCO. El acto se llevó a cabo en el Teatro Julio Castillo, del Centro Cultural del Bosque.
La Escuela Nacional de Arte Teatral responde, en el momento de su fundación, a una necesidad de formación actoral académica organizada, ya que hasta ese momento la profesionalización de un teatrista estaba enfocada a la práctica misma del «oficio».
Hoy en día su objetivo es formar profesionales del teatro a nivel licenciatura en las carreras de actuación y escenografía, ambas de cuatro años de duración, a través de un sistema de enseñanza basado en la experimentación continua y en la práctica del quehacer teatral.
Esta práctica demanda, cada vez más, profesionales completos, creativos y preparados para desenvolverse en un medio exigente y difícil.
Tanto la carrera de actuación, como la de escenografía, comprenden un plan de estudios dividido en tres fases: Introductoria, Sustantiva y de Especialización.
Los estudiantes de la ENAT participan además en proyectos y programas, como son los cursos de extensión académica impartidos por destacados especialistas; los cursos curriculares de carácter interdisciplinario y la vinculación al medio artístico a través de presentaciones en espacios profesionales.
La ENAT destaca que es fundamental que los jóvenes interesados en ingresar a este recinto consideren que en esta escuela recibirán una formación académica y artística integral, que les ayudará a enfrentar su profesión.
El director del ENAT, Gilberto Guerrero Vázquez nació en el Distrito Federal en 1959 y estudió dirección escénica en esta misma escuela, además de Ciencias Políticas la UNAM.
Al preguntársele qué representa la distinción Pilar del Teatro, que otorga el Centro Mexicano de Teatro, respondió: «Creo que es un justo reconocimiento.
La ENAT en verdad ha sido una de las dos grandes formadoras de actores de este país, junto con el Centro Universitario de Teatro. Cuando uno sale por el mundo se da cuenta que el teatro en México es de calidad mundial.
«Los actores que formamos tienen un gran nivel, por lo que pueden imponerse en cualquier parte. Es una situación que debiéramos mencionar mucho porque a veces el malinchismo nos hace desconsiderarlos», dijo.