Otro año más que pasa y México sigue enfrascado en las mismas cifras del desempleo, a pesar de los grandes esfuerzos que según el gobierno federal, mejor conocido en campaña, por contar con el Presidente de la República que revolucionaría en materia de empleo al país, hoy confirma una vez más su insuficiente actuación.
No sólo en la mejora de las condiciones tanto financieras como estructurales que requieren los inversionistas del mundo para establecer sus negocios en el país, como una solución de fondo para aminorar el desempleo, sino también en la creación de fuentes de empleo propias, que sean seguras y bien remuneradas.
Pues según los especialistas, la economía mexicana requiere de la creación de al menos un millón de empleos cada año para cubrir la demanda de trabajadores que se incorporan al mercado, números muy lejanos a lo que en la realidad tenemos.
Lo anterior, de acuerdo al último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía –INEGI- que registró en el segundo trimestre de 2011 un 5.2% el desempleo en México, siendo el mismo nivel que en el periodo abril-junio del año anterior, es decir, que nos mantenemos sumergidos de igual forma en la desocupación laboral.
Así, un total de 2.6 millones de personas no cuentan actualmente con un empleo que les permita percibir una remuneración económica para satisfacer sus necesidades propias y llevar a sus hogares el sustento de cada día.
La cifra es alarmante, si imaginamos el gran total de afectados que resultan de esta falta de ingresos, desde los niños que se han quedado sin posibilidades para acudir a una escuela por los costos que conlleva hasta la carente o nula derrama económica que impacta al sector comercial con la reducción del poder adquisitivo familiar.
Y no bastan sólo las cifras que indican que el número de desempleados mexicanos se mantiene estable con respecto al año anterior, sino que hay que poner atención en los números que indican un incremento de ciudadanos que trabajan en empleos informales, por ser las únicas opciones a las que se puede tener acceso de manera rápida y sin cubrir tantos requisitos, pero sin tener un seguro que los ampare en materia de salud ni todas las prestaciones laborales.
En este sentido, el INEGI informó que un total de 13 millones 400 mil personas trabajaron en el sector informal al segundo trimestre de 2011, siendo uno de los niveles más altos vistos.
Así que hasta este trimestre se sumaron 75 mil personas a la economía informal en comparación con el año pasado, desarrollando actividades como el comercio ambulante o prestación de servicios por cuenta propia y sin cumplir con el pago de sus impuestos.
La situación es dura, los precios suben y las necesidades que demanda la población actual son innumerables, mientras los despidos masivos son más comunes y las opciones de empleo son cada vez más escasas.
Urge un gobierno comprometido con la ciudadanía, que enfoque sus esfuerzos y recursos en programas que fortalezcan la economía del país y que generen las condiciones propicias para que México sea visto como una potencia estable y competitiva para establecer empresas fuertes que permitan la creación de empleos seguros.
Los mexicanos ya no queremos escuchar más promesas de parte de las autoridades, queremos un gobierno que aproveche todos los recursos con que cuenta para darle a la población económicamente activa y preparada profesionalmente un empleo digno y bien remunerado para salir adelante.
*Secretario Adjunto a la Presidencia del CDE PRI Puebla.