El 20 de noviembre es el día oficial en que se conmemora el inicio de la Revolución de México, año con año los gobernantes realizan actos políticos con el fin no de homenajear al pueblo que dio su vida por tan noble causa, sino para rendir tributo a los miembros de su clase que hábilmente lograron ponerse a la cabeza y arrebatar las banderas al pueblo.
Este día los gobernantes realizan homenajes en honor de los héroes que lucharon por un nuevo país, se recuerda a Madero, Carranza, Obregón. Es prudente recordar que ninguno de estos hombres podía hacer nada por cambiar la realidad existente sin el apoyo del pueblo trabajador y estos últimos nunca se les recuerda y menos seles rinde homenajes.
El momento nos invita a refeccionar sobre este acontecimiento, es obligado precisar que, Zapata, Villa, los hermanos Serdán y el pueblo que los apoyó, querían una revolución de verdad, no una simulada, entendiendo este proceso como la transformación radical de una realidad por otra; la realidad que vivían los trabajadores era de una gran explotación, calificada más tarde por los historiadores de inhumana, los trabajadores del campo y de la ciudad se encontraban en la miseria, sin oportunidad cual ninguna de salir de ésta, las oportunidades de atención médica o de asistir a la escuela eran solo para las familias de los hacendados o empresarios y los llamados “científicos” y sus más cercanos colaboradores, por lo que es entendible que existiera una inconformidad generalizada en toda la población.
Con el triunfo de la Revolución, la realidad para los que solo tienen su fuerza de trabajo, no cambió, ya que hasta la fecha los más de 50 millones de mexicanos que viven en la pobreza no tienen atención medica y cuando enferman de padecimientos curables, mueren por falta de este elemental servicio, los hijos de los trabajadores no tienen oportunidad de ir a la escuela hasta terminar una carrera, ni tienen trabajo remunerado y ahora se les conoce como los “ninis” (ni trabajan ni estudian) existiendo más de 7 millones de jóvenes de ambos sexos en esta condición.
Solo algunos de los hombres que se encontraban en el poder antes de la Revolución y que concentraban la riqueza económica y el poder político en sus manos, fueron substituidos por otros empresarios; por mencionar solo un ejemplo recordaremos, como es de todos conocido, que Madero descendía de una familia de latifundistas dedicados al cultivo de la vid, Carranza era otro terrateniente. Estos hombres se ponen a la cabeza de la revuelta logrando arrebatar a los revolucionarios como Francisco Villa y Emiliano Zapata y al pueblo que los acompañó, sus banderas de lucha.
Los explotadores garantizaron aumentar su permanencia en el poder al consolidar las instituciones políticas y haciendo una Constitución Política que los beneficiara, dejando solo dos artículos que defendieran a los campesinos y obreros: el 123 y el 27, y no porque así lo hubieran pensado sino porque se vieron obligados a incluirlos por el poder del pueblo armado y de esta manera eliminar los reclamos de reconocimiento jurídico de los trabajadores del campo y la ciudad.
Con el tiempo, los pequeños triunfos que obtuvieron los trabajadores se han ido eliminando con las reformas que le hacen a la Constitución Política, ahora los obreros están una vez más sin derechos a la huelga, no existe derecho a la organización sindical independiente, y cuando los trabajadores intentan organizarse por alguna demanda justa, son corridos de su fuente de trabajo sin ningún miramiento, las leyes actuales apoyan a los empresarios y a los gobernantes y no se admiten protestas, gracias a las reformas al artículo 123.
Al igual que los oprimidos y explotados del siglo pasado, la clase que ahora nos encontramos sin empleo, sin atención médica, sin casas, sin alimentos suficientes y con muchas otras carencias, somos los descendientes del pueblo que con las armas en la mano peleó para que sus hijos, nietos y bisnietos no sufrieran lo que ellos estaban sufriendo, a pesar de que no son recordados en la historia ni reconocidos como héroes, los luchadores sociales hacedores de la historia derrocaron al mal gobierno (don Porfirio y los científicos) y sus corruptas instituciones, propinándoles una fuerte derrota militar.
Aun cuando no son las mismas personas, la clase que está ahora en el poder es la misma que tenía en calidad de esclavos y en una total miseria a los pobres en los tiempos del porfiriato, ahora hablan de la revolución y se ponen una máscara para engañarnos una vez más, no piensan en el bienestar de las mayorías, nunca les ha interesado si los de abajo, como los llama Mariano Azuela, siguen viviendo en la pobreza y el olvido, para estos hombres no está garantizada la comida del día siguiente, mientras los empresarios como Carlos Slim, la familia Servitje dueños de Bimbo, Lorenzo Sambrano principal accionista de entre otros, tienen sus mesas llenas de comida y sus bancos repletos de dinero.
La ambición de los empresarios y el gobierno a su servicio, así como la mala planificación de la producción, ha generado una crisis internacional y nuestro México al tener un sistema capitalista y formar parte de la producción global no escapa a este problema y a la fecha aun no puede salir de esta profunda crisis, por el contrario se hunde más y más, queriendo ocultar la realidad en que vivimos nos niegan información o maquillan las cifras del desempleo y la pobreza intentando, como el avestruz al ocultar la cabeza en la arena, cambiar la realidad, más esta no cambia y el número de desempleados y que viven en la pobreza extrema llega a más de 20 millones de mexicanos, de estos algunos se refugian en el comercio informal otros dependen de algún familiar o viven de pedir limosna en las calles de las ciudades. Esta es la realidad inocultable.
Con las reformas al artículo 27 de la constitución política se permite la privatización de la tierra, viéndose beneficiados la iniciativa privada (burguesía agraria) quien con esta reforma puede comprar las mejores tierras y dentro de estas ríos, arroyos o yacimientos minerales que también son privatizados, convirtiéndose esto en grandes negocios para la burguesía nacional e internacional quienes se enriquecen con la explotación de nuestros recursos naturales, sin detenerse ante nada ni nadie ya que cuentan con todo el apoyo de los gobernantes. Mientras son favorecidos unos cuantos, los verdaderos dueños de las tierras (los campesinos pobres) son despojados de ellas y de sus recursos naturales o viven y trabajan en las tierras más pobres las que no son de riego y por lo mismo menos fértiles. Con esta reforma se ha traicionado una vez más los objetivos de los revolucionarios y por los que dieron la vida tantos hermanos en los campos de batalla.
Por la pobreza y falta de fuentes de trabajo bien remunerado, se obliga a los campesinos a salir de su tierra natal en busca de la solución a sus necesidades, al no crearse nuevas fuentes de empleo aumentan el número de desempleados no solo en el campo sino también en las grandes ciudades, esta realidad permite que los empresarios puedan despedir a los empleados que busquen alguna mejora laboral, ya que existen una gran cantidad de personas necesitadas de un empleo y pueden substituir al empleado inconforme por el mismo o menor salario.
Otra consecuencia de este alto índice de mano de obra desocupada es el fortalecimiento de la delincuencia, quienes en muchos casos aprovechan la desesperación de los desempleados por no poder resolver sus necesidades para involucrarlos en actividades no deseadas y, en otros casos, se convierten en única alternativa de obtener un ingreso monetario, por lo que, principalmente adolescentes, identifican a los delincuentes como modelos a seguir.
En la desesperación de los gobernantes por no poder superar las crisis económicas recurrentes, cometen errores mayores, como es la privatización de las empresas públicas que aun existen disfrazando tal hecho o manteniéndolo en secreto caso concreto PEMEX, educación pública, hospitales etc. Y el recorte de personal de algunas instituciones del propio Estado, creación de nuevos impuestos o incremento de los ya existentes, afectando con esta medida sobre todo a las clases media y baja. Estas y otras formas de enfrentar la crisis son alternativas dictadas por el Banco Mundial y el FMI, a lo anterior hay que agregar la represión, persecución, encarcelamiento y asesinato de los inconformes o de sus líderes, generando otra crisis, ahora de tipo político.
Por si fuera poco, al despido injustificado de los trabajadores y de los mini salarios, hay que agregar que las empresas cambian de razón social frecuentemente, privando a los trabajadores de hacer antigüedad en las empresas, terminando con sus derechos a las vacaciones y prestaciones a si como al reparto de utilidades, mientras así tratan a los obreros, los dueños de las empresas no pagan los impuestos de ley que les correspondes, al declarar que hacen una nueva empresa se ahorran grandes cantidades de dinero, no conformes los gobernantes con toda esta explotación aprueban decretos que les permiten mantener los aumentos mensuales que realizan a las gasolinas, diesel, gas domestico, provocando el aumento de los productos de la canasta básica, generando con todo esto más pobreza.
Es así como en Chihuahua de un problema económico generado por la sobre explotación de las mujeres en las maquiladoras se pasa al asesinato de mujeres inconformes, buscando detener la movilización de las trabajadoras. Aunado a este fenómeno se encuentra la delincuencia organizada, solapada y, en muchos casos, dirigida desde las instituciones gubernamentales, comprobado está que en muchas ocasiones es la misma policía municipal, federal o el ejército mexicano quienes forman parte de la delincuencia o administran y adiestran a los delincuentes para que secuestren, como en el caso de la privación ilegal de la libertad de muchas mujeres jóvenes para nutrir el mercado de la explotación sexual. El pueblo cansado de encontrar oídos sordos en los gobernantes se organiza en forma independiente para, desde esta nueva trinchera, localizar y rescatar a sus hijas secuestradas, encontrándolas en algunas ocasiones muertas y enterradas en el desierto, ante la denuncia de tan horrendos crímenes las autoridades niegan toda responsabilidad, descuidando el mandato constitucional de todo gobernante que es; cuidar el bienestar y la seguridad de los habitantes entre otros deberes más.
La violación de los derechos más elementales del hombre cómo es el derecho a la vida, al igual que en los tiempos de don Porfirio, se ha vuelto una constante y la cantidad de muertos en el país es tan elevada que tratan de ocultarla sin embargo ya rebasa por mucho los 50,000 según cifras conservadoras, estos muertos que el Estado atribuye a la delincuencia organizada sin importar el sector de la sociedad en que se encontraban también son hijos del pueblo mexicano y se les arrebato lo más valioso que tenían: la vida.
Las listas de asesinados y desaparecidos en el país son muy grandes encontrando desde niños estudiantes de secundaria a jóvenes de universidades. El ejemplo más reciente: Carlos Sinhué Cuevas Mejía de la UNAM, las balas de los delincuentes también alcanzan a catedráticos de gran reconocimiento por su papel en la investigación científica, como fue el reprobable asesinato del investigador Ernesto Méndez Salinas, también de la UNAM, los más de 80 periodistas muertos y más de una docena de desaparecidos en el presente sexenio, son otro de los gremios más golpeados ocupando el deshonroso lugar de los primeros en el mundo, por la cantidad de periodistas asesinados, engrosan las listas negras la muerte de defensores de los derechos humanos, de Chihuahua Maricela Escobedo Ortiz y su familia, de Guerrero más de 100 luchadores sociales, entre ellos, defensores de Derechos Humanos; de Michoacán: Pedro Leiva, de Santa María Ostula, miembro del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, encuestadores levantados en Apatzingan, repartidores de la sección amarilla que corren con la misma suerte, los más de 11 mil migrantes secuestrados, mujeres y hombres, la mayoría en edad productiva.
Los delincuentes son preparados en las escuelas de la policía, en los campos de entrenamiento militar nacional o extranjeros, esto no es novedad los medios informativos lo dicen frecuentemente e informan que son algunos banqueros y empresas las encargadas de lavar el dinero de los delincuentes, ¿Por qué si se conoce esta realidad no se procede en contra de ellos y por el contrario se les premia con reconocimientos? El gobierno de los Estados Unidos de Norte América reconoce que con su consentimiento han salido miles de armas que son usadas por los delincuentes, ¿por qué no se toma ninguna medida política en contra de ese país? Es claro ya que nuestras relaciones comerciales son en primer lugar con el vecino del norte, las políticas económicas las dictan ellos, la lucha contra los delincuentes la dirigen ellos, por lo que al depender política y económicamente de ellos estamos atados a su voluntad.
Como venimos analizando la clase que tomo el poder después de la revolución de 1910-17 nos niega el derecho al trabajo, a la vivienda digna, al vestido y calzado, a la salud, la educación, y a una vejez tranquila. Por otro lado a todo aquel que intente oponerse contra los designios de los hombres del poder son de inmediato tildados de delincuentes y si no existen pruebas no hay problema se pueden inventar, de esta forma en las cárceles encontramos personas inocentes o culpables de exigir un mejor trabajo, de buscar una vida digna para ellos y su familia.
Mientras esta realidad vivimos los Mexicanos, los políticos que se consideran herederos de la revolución plantean alianzas o coaliciones entre partidos políticos, con el fin de tener mayorías en el parlamento, con el supuesto de resolver temas como la ingobernabilidad, cualquier alianza o coalición de estos partidos, no afecta los intereses de la clase en el poder, de igual forma no beneficiaran en nada a las mayorías.
Levantemos nuestras banderas de lucha y aprendamos de los ejemplos de los héroes que murieron por la patria, de acuerdo a nuestras convicciones, capacidades y vías de lucha que aceptemos de manera consciente, levantemos nuestra voz en contra de tantas injusticias, defendamos nuestros derechos más elementales.
Aportemos para una verdadera transformación social, donde exista una distribución de la riqueza y de la justicia de manera equitativa.