Samara, Rusia.- Existía expectación, los anfitriones estaban en racha y tenían cientos de fans gritando en el estadio, pero Uruguay desplegó su mejor juego en el Mundial de fútbol y puso a toda Rusia a sus pies con una goleada de respeto, 3-0.
El cielo nublado acompañó al desafío en todo momento, aunque las temperaturas volaban por encima de los 30 grados. El clima, a todas luces, no favorecía a nadie, el calor era agobiante, los abanicos pululaban en las tribunas del Cosmos Arena, en esta ciudad.
Pero los uruguayos tenían el plan maestro diseñado hasta el último detalle. Oscar Tabárez, el Maestro, calculó a la perfección el alcance del juego de Rusia y dibujó un plan táctico superlativo para potenciar las variantes de los charrúas.
La exhibición de fútbol que mostraron al mundo los celestes fue tal que acabaron de lanzar -o más bien solidificar- su candidatura al título.
A su habitual solidez defensiva, hoy añadieron calidad en la posesión del balón para dejar sin recursos a los rivales, quienes, impotentes, veían caer su portería una, dos y hasta tres veces.
Luis Suárez abrió el marcador de tiro libre y al poco rato el ruso Denis Cheryshev marcó en propia puerta. En menos de media hora, Uruguay tenía el duelo encarrilado y controlado al límite.
Entonces, para hundir más las esperanzas de los rusos, Igor Smolnikov salió expulsado en el minuto 36 por doble amarilla y el partido se desplomó. La suerte quedó echada.
Pese a la desventaja y a la inferioridad numérica, Rusia siempre buscó el arco rival y regaló grandes bocanadas de amor propio a los fans presentes en el estadio, que creyeron en su escuadra nacional hasta última hora.
Entonces y después que el arquero Igor Akinfeev ahogara varios gritos de gol, Edinson ‘el Matador’ Cavani hizo acto de presencia y metió el tercer tanto de los bicampeones del mundo.