El pasado martes, cuando los futbolistas del Recreativo se asomaron a la ciudad deportiva del club y no hallaron ni rastro de un médico, estallaron. «Esto no puede seguir así, es un riesgo trabajar de esta manera», manifestaba el capitán del equipo, Aitor Tornavaca, instantes después de que la plantilla onubense anunciase que no se ejercitaría aquella mañana. Hartos de esperar la llegada de un galeno, después de recibir el asesoramiento de la Asociación de Futbolistas Españoles, decidieron frenar en seco. «Esta situación no beneficia a nadie. Tanto la imagen del club como la nuestra, la de los jugadores, ya ha quedado dañada», responde Aitor, de forma escueta, cortante, al otro lado del teléfono; «no vamos a hablar más. Ahora le toca al club mover ficha». No les faltan motivos para la incertidumbre a los jugadores del Recre, que desde hace mes y medio se entrenan, en muchas ocasiones, sin la supervisión de un doctor desde que César Quesada pusiera rumbo al Elche y Rodolfo Ortiz quedase como único asistente médico, de forma eventual. «He pedido a la Junta de Andalucía permiso para poder ir a los entrenamientos, aunque luego tendré que recuperar las horas», explica este último. Precisamente, hoy el Recre recibe la visita del Elche (18.00) y, al menos, tendrán un médico de confianza, que no en nómina.
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Sin médico no se entrena