Miguel Caspistrán, estudioso de uno de los grupos literarios más importantes del siglo XX: los Contemporáneos, «mal llamados de esta manera, debería hablarse del grupo Ulises-Contemporáneos» abordó, a propósito de la exposición que sobre Manuel Rodríguez Lozano. Pensamiento y pintura, 1922-1958, que se exhibe en el Museo Nacional de Arte el tema: Ulises-Contemporáneos.
Durante su participación recordó al grupo que surgió en México entre finales de 1926 y mediados de 1928 gracias a un conjunto de jóvenes a quienes Antonieta Rivas Mercado, acogió como su mecenas. El movimiento fue denominado Ulises —por el personaje de Homero y la novela de James Joyce— y abarcó una revista.
Pero también, contribuyeron a vivificar un teatro inmovilizado en la más inerte tradición española, un sello editorial y exposiciones de las obras y las escenografías de los pintores que colaboraron en este proyecto: Manuel Rodríguez Lozano, Roberto Montenegro y Julio Castellanos.
El autor de las antologías Poemas y ensayos de Jorge Cuesta (1964), Obras de Xavier Villaurrutia (1966),Poesía y prosa de José Gorostiza (2007), retomó la tarea del mecenazgo de Antonieta Rivas Mercado porque fue gracias a él que trabajaron los escritores: Novo, Gilberto Owen, Xavier Villaurrutia, Gilberto Owen, Celestino Gorostiza, los pintores Agustín Lazo, Manuel Rodríguez Lozano, Julio Castellanos, Roberto Montenegro y actrices como Isabela Corona y Clementina Otero.
Promotor cultural y fundador de la Pinacoteca Veracruzana (nació en Córdoba, Veracruz en 1939) y durante varios años fue director del Museo de la ciudad de Veracruz, Capistrán, dio cuenta del encuentro de Antonieta Rivas Mercado y Rodríguez Lozano con Xavier Villaurrutia y Salvador Novo en la casa de Diego Rivera y Lupe Marín a finales de 1926.
A partir de entonces, surgió entonces un movimiento cultural en el que participaron además de los arriba mencionados, Samuel Ramos, Jorge Cuesta, Enrique Jiménez Domínguez, Julio Jiménez Rueda, Isabela Corona, Malú Cabrera, Judith Ortega, Emma Anchondo, Lupe Medina de Ortega, Rafael Nieto, Ignacio Aguirre, José y Celestino Gorostiza. Gracias a ellos comenzaron a representarse por primera vez en México obras de Jean Cocteau y Eugene O’Neill, por ejemplo.
También hubo puestas en escena de Claude Roger-Marx, Lord Dunsany, Cocteau, Leonormand. Se trataba de la presentación formal en México del «teatro de vanguardia» o el teatro como desafío a las tendencias nacionalistas de la Comedia Mexicana. Esa experiencia transformadora no sólo de la escena nacional, sino de la cultura nacional fue evocada por Salvador Novo, y en suma, mencionó que la influencia del grupo fue muy grande y se dio en un estilo de entender y vivir la cultura.
Sobre la pródiga actividad pública de Ulises-Contemporáneos, que trajo consigo leyendas literarias, mitos personales y el arte como voluntad y representación, amén de una extraordinaria obra creativa cuyos frutos se pueden apreciar en la exposición que alberga el Museo Nacional de Arte, con la obra de Rodríguez Lozano, continuó el ciclo de conferencias a propósito del Grupo de Ulises, como lo llamó Novo, al que lo impulsó la curiosidad y la crítica.