Minutos después de que se confirmara el primer caso de COVID-19 producido por la variante Ómicron en México. El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, dio una conferencia de prensa en donde descartó que Ómicron sea una variante más letal, además de aclarar las dudas y preocupaciones respecto esta variante del virus.
Durante la conferencia el subsecretario comunicó que la preocupación mundial que existe en torno a Ómicron “tiene un componente técnicamente justificado y respaldado científicamente”, que corresponde hasta el momento con que esta variante puede tener mayor transmisibilidad, comparada con otras variantes. Sin embargo, el funcionario explicó que no existe ninguna evidencia al momento que compruebe que sea más virulenta, tampoco que sea de mayor letalidad, que evada la respuesta inmune (evadir vacunas o el historial clínico), que los tratamientos existentes sean inefectivos o que las pruebas diagnósticas sean inútiles: “ninguna de estas características ha sido comprobada”.
La razón por la que fue catalogada como “variante de preocupación” tiene que ver con la mayor transmisibilidad y que es una variante con múltiples mutaciones: 32 mutaciones (el mayor número de todas las variantes).
“Es paradójico pero una variante que sea más transmisible, como Ómicron, y que no causa enfermedad más grave, de hecho ayuda al propósito social de lograr inmunidad más rápidamente. No es que uno lo pueda planear porque la emergencia de variantes es un fenómeno espontáneo pero cuando uno analiza la realidad de esta variante, ayuda a que más rápidamente los casos leves se recuperen, como ocurre en más del 95% de las personas, y queden inmunes; lo cual ayuda a toda la sociedad”, añadió López-Gatell.
El funcionario aseguró que las medidas de contención, como cerrar fronteras (terrestres, marítimas o aéreas) y cancelar selectivamente vuelos de los países en los que se identifican las variantes, nunca han tenido utilidad técnica: “Lo hemos dicho desde que empezó la pandemia. Las medidas de restricción no tienen utilidad, no es una opinión, tampoco es una posición exclusiva del Gobierno esto se sabe en la comunidad de salud pública. La OMS y ONU no recomiendan cerrar fronteras”.
Hay más de 42 países que han indicado que tienen esta variante, la OMS ha recomendado a estos países hacer búsquedas retrospectivas para tratar de identificar cuándo empezó Ómicron. “Si en este momento se cierran los vuelos provenientes de Sudáfrica no soluciona nada porque puede de llegar de Estados Unidos, Brasil, Israel, Canadá, de cualquiera de los países que ya tienen Ómicron. En cambio, cerrar fronteras, restringir vuelos o imponer medidas especiales de búsqueda causa daños al bienestar de los pueblos. Entonces una mediad que técnicamente no es apropiada, es ilógica, no ayuda al propósito de inhibir esta propagación, además la propagación de una variante que no es más agresiva no tiene que ser un motivo de preocupación”, añadió.
Ante la preocupación respecto a Ómicron, mencionó que si se quiere crear una realidad de una nueva epidemia a partir de Ómicron se estaría cometiendo un error de entendimiento de lo que significa esta variante, “no es una nueva epidemia, no es un nuevo problema de salud, es la misma pandemia de COVID-19 que empezó en china en diciembre de 2019″, explicó.
Expresó que en este momento, desde hace meses en México y en los países que se tiene una alta cobertura de vacunación, la epidemia “es una epidemia de no vacunados”. “Lo que es muy importante es que las personas se vacunen, quien no se ha vacunado, vacúnense, no hay duda laguna de que vacunarse ayuda a disminuir el peligro de que las personas terminen hospitalizadas o fallezcan”, comentó el subsecretario.
Por último, mencionó que “debemos prepararnos por una epidemia larga”, pues es muy probable que para el 2023 siga el virus. “Las predicciones que hemos hecho invariablemente han mostrado ser reales, al menos durante todo 2022, probablemente 2023, es muy probable que siga SARS-CoV-2″. Gatell concluyó que la gran diferencia son las vacunas, pues en la medida que se tengan altas coberturas de vacunación en todos los países del mundo, “vamos a lograr que sea una epidemia de enfermedad leve, con muy pocos casos graves”.