Nubes de polvo se levantan al paso de los majestuosos animales. Incontables rebaños de camellos rompen el horizonte con sus estilizados cuellos, a paso rápido y elegante. El espectador tiene que levantar la mirada para observar sus cabezas, que erguidas llegan a los tres metros
Tomada de:
La gran feria de camellos