«Los políticos maquillan la economía como si fuera una fiesta, pero el pueblo siempre paga la cuenta al final.»
Juan Pueblo
SOFISMAS ENCANTADORES: Dicen los sabios que para resolver un problema, la primera condición es ¡reconocer que existe!. México enfrenta una serie de situaciones negativas que, desde hace seis años, son soslayadas, matizadas, ignoradas o presentadas sesgadamente (sofismas, le llaman los que saben) de modo que el “Pueblo Bueno” (otro sofisma) cree que vive en una “burbuja de prosperidad sin precedentes” y que todo lo “de antes” se ha corregido.
Y no es así, en el terreno social, económico y hasta moral, hay signos que presagian la tormenta que viene y que será un verdadero huracán a partir de la toma de posesión, el próximo 20 de enero, de Donald Trump, que es, desde ya, “el peor peligro para México”.
Ya hemos comentado que uno de los principales problemas económicos de México es su bajo crecimiento económico en comparación con otros países emergentes. Aunque es una de las economías más grandes de América Latina, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) ha sido lento y errático, con una media anual inferior al 2% en las últimas décadas, y menor aún el último sexenio. Esto limita la capacidad del país para reducir la pobreza y generar empleos de calidad, especialmente para los jóvenes. La falacia se produce cuando desde las más altas esferas gubernamentales se asegura que “crecemos menos, pero somos más felices”. ¿Usted lo es?.
Como consecuencia lógica, nos topamos de frente con una elevada desigualdad socioeconómica, con una gran brecha entre las regiones más desarrolladas, como el norte, y las menos desarrolladas, como el sur. Matizada con cifras incomprensibles (basadas en fundamentos y métricas “neoliberales”) más del 50% de la población sigue viviendo en situación de pobreza. La concentración de riqueza en un porcentaje reducido de la población -generalmente ligado a,o directamente en el Gobierno- agrava este problema y dificulta la movilidad social. Se invita a la gente a no aspirar a salir de la pobreza y se celebra que el porcentaje crezca día con día.
Para los que tienen la dicha de tener un empleo, la productividad laboral en México es baja en comparación con otros países de la OCDE. Factores como la informalidad, la falta de innovación tecnológica, y la escasa inversión en capacitación y educación (¿dónde estás CONACYT?) contribuyen a este problema. Muchas pequeñas y medianas empresas (PyMEs), que representan una gran parte de la economía, carecen de acceso a financiamiento, tecnología y conocimiento para mejorar su competitividad.
Por otro lado, aunque el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), hoy pendiente de alfileres por las reformas exprés jurídica y energética, ha impulsado el comercio, México depende en gran medida del mercado estadounidense, que representa más del 85% de sus exportaciones. Esto hace a la economía mexicana vulnerable a cambios en las políticas comerciales y económicas de Estados Unidos, así como a eventos globales como recesiones o interrupciones en las cadenas de suministro. Y, mucho ojo, se viene una recesión mundial.
No se están creando empleos. El empleo informal afecta a más del 57% de la población económicamente activa en México. La llamada “Economía Subterránea” limita el acceso de los trabajadores a derechos laborales, seguridad social y pensiones. Además, reduce la base tributaria del país, lo que dificulta la recaudación fiscal y debilita las finanzas públicas, por cierto, pésimamente manejadas.
Aunque aparentemente México tiene una de las tasas de recaudación fiscal directa más bajas entre los países de la OCDE, representando cerca del 16% del PIB, la falta de empleos formales, que tributen, limita la capacidad del gobierno para invertir en infraestructura, salud, educación y otros servicios públicos esenciales. La alta evasión fiscal y un sistema tributario que depende en exceso de los ingresos petroleros, son factores que agravan este problema. ¿Alguien se acuerda de la Venezuela floreciente de 1998 y la contempla ahora?
REMESAS Y CORRUPCIÓN: Lo que debería de ser objeto de vergüenza y atención, las remesas, generadas por mexicanos que se vieron obligados a migrar, sobre todo a los Estados Unidos, al no encontrar en nuestro patrio suelo oportunidades laborales, se han convertido en un problema significativo. En 2024, las remesas alcanzaron un récord histórico de más de 68 mil millones de dólares, convirtiéndose en una de las principales fuentes de ingresos del país, incluso superando los ingresos petroleros.
Esta dependencia refleja serios problemas estructurales en el mercado laboral mexicano, donde muchas familias dependen de estos ingresos para cubrir necesidades básicas como alimentación, vivienda y educación. Aunque las remesas son un motor importante para el consumo interno, no contribuyen directamente al desarrollo productivo ni a la generación de empleos formales dentro del país.
Además, la economía mexicana es vulnerable a cambios en la política migratoria y económica de Estados Unidos, como recesiones que puedan afectar el empleo de los migrantes. Por lo tanto, reducir esta dependencia implica generar más oportunidades económicas en México para que las familias no tengan que migrar o depender de recursos externos para su sustento.
Por último, se nos ha vendido la falsa idea de que se combaten “de arriba para abajo” la inseguridad y la corrupción. Esto no es así, día con día se rompen records en torno al crimen y sus consecuencias y 16% del PIB se ve afectado por actos de corrupción sin freno. La violencia afecta la inversión y el turismo, mientras que la corrupción desalienta la confianza en las instituciones y la transparencia en los negocios (¿dónde quedó el INAI?). Ambos problemas generan costos adicionales para las empresas y reducen la competitividad del país en el ámbito internacional.
Este negro panorama presagia un 2025 muy, pero muy difícil. Si los retos se hicieron para los corazones fuertes, tenemos uno muy importate a la vuelta de la esquina.
DE FONDO: Bajó Estados Unidos (la FED) sus tasas de interés y el otrora mal llamado “super peso” cayó aún más, algunos economistas presagian un futuro cercano de más de 25 pesos por dólar (acorde con el precio del litro de la gasolina, por si no se había fijado usted). Las decisiones de la FED influyen en las expectativas de los mercados sobre el crecimiento económico y la estabilidad global. Una baja en las tasas puede interpretarse como un intento de estimular la economía estadounidense en respuesta a una desaceleración, lo que podría generar incertidumbre y volatilidad en los mercados, afectando al peso mexicano de manera indirecta.
DE FORMA: Estados Unidos estuvo a punto de caer en un «cierre administrativo» o «shutdown» debido a desacuerdos políticos y legislativos en el Congreso sobre la aprobación del presupuesto federal. Este fenómeno ocurre cuando no se asignan fondos suficientes para financiar las operaciones del gobierno, obligando a suspender servicios no esenciales y dejando a muchos empleados federales sin salario.
En última instancia, el Congreso evitó el cierre mediante una prórroga temporal que permite mantener las operaciones gubernamentales mientras se continúan las negociaciones sobre el presupuesto definitivo. Sin embargo, este tipo de conflictos resalta los problemas estructurales y políticos que enfrenta Estados Unidos para mantener la estabilidad fiscal y operativa de su gobierno.Esta prórroga vence en marzo del próximo año. Con la llegada de Trump, la parális económica derivada de la falta de recursos presupuestales, podría acelerar la tan anunciada recesión.
DEFORME: Durante cinco meses consecutivos las ventas minoristas en México han acumulado caídas, resalta la venta de automóviles usados y el gasto en esparcimiento y turismo, ambos con descensos superiores al 13%. En cifras anualizadas, se cerrará el año con números rojos, contrastando con el positivo 4.3% del año anterior. ¿Adónde ha ido a parar el incremento del gasto público? Parece que no al consumidor, y los precios suben y suben…
¡Feliz Navidad!