El tema de la inseguridad se ha vuelto hoy, el pan de cada día en los comedores de todas las familias mexicanas. El terror causado por los actos del crimen organizado aunado a las crudas imágenes de sufrimiento, angustia e impotencia y la escasa información que proporcionan los medios de comunicación mantienen a la población en un estado de pánico.
Después de los hechos acontecidos recientemente en la ciudad de Monterrey, resurge la necesidad imperante de aplicar todas las herramientas con que cuentan las autoridades municipales, estatales y federales para contrarrestar este tipo de crímenes y lograr la captura de más integrantes de las organizaciones delictivas y narcotraficantes para su desintegración.
En particular, en Puebla la situación no está del todo bien, ni va por buen camino, como aseguran los altos mandos hace unos días, por el contrario las cifras del Centro de Análisis de Políticas Públicas México Evalúa, destacó que en este sexenio crecieron los delitos de alto impacto como el homicidio, el secuestro, el robo con violencia y el robo de autos con violencia.
Se sabe que el robo común aumentó mes a mes durante este año, al pasar de 2 mil 210 delitos en enero a 3 mil 196 el mes de julio y respecto a las denuncias al primer semestre del año, se registraron 44 mil 997 delitos en general, cuando durante todo 2010 se llegó a 63 mil 349 delitos, es decir que a mitad del año ya se superó el 71% de los delitos totales del año anterior.
Y ya no hablemos de las cifras de robo de autos con violencia en donde Puebla está entre los 10 estados del país con mayor número de casos como informó la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
Es indignante estar conscientes de que cada vez la tendencia está al alza y de que lo que se hace, sea poco o mucho, en nada ayuda para mitigar este grave problema que se expande como un virus mortal e incurable por todo el mundo.
Los poblanos y mexicanos en general queremos que nuestros representantes demuestren en los hechos, con capacidad, entereza y eficacia el verdadero cumplimiento de su deber, que incluye mantener la paz y seguridad social con el apoyo de la defensa nacional y los cuerpos policiacos.
No obstante, como ciudadanos nos corresponde estar alerta, cooperar con los operativos de seguridad que se realicen, al igual que ser accesibles a todas aquellas acciones que se emprendan para cerrarle el paso a los delincuentes y traficantes, además de hacer nuestra la denuncia como una herramienta con la que advertimos sobre la situación real a los gobiernos.
Y en este tenor, todos tenemos la responsabilidad de procurar que nuestros conocidos, vecinos, amistades y familiares enfoquen sus actividades y labores en acciones que beneficien a la sociedad, fomentar el deporte, alejarlos de los vicios y promover la convivencia sana en ambientes armoniosos, principalmente entre los niños y los jóvenes.
No permitamos la intimidación de nuestra sociedad con el despliegue del Ejército por todo el estado, como se está percibiendo en el resto del país. Estoy seguro de que con una mayor coordinación de las corporaciones policiacas del estado y el municipio se verá reforzada la seguridad pública en Puebla.
La tarea es complicada e interminable pero nuestros esfuerzos y los de nuestras autoridades deben redoblarse con el único objetivo de conseguir una sociedad tranquila, sana y productiva.
*Secretario Adjunto a la Presidencia del CDE del PRI Puebla.