No todo lo que brilla es oro y en las elecciones, sólo importa quién es el ganador; todos los demás son perdedores. En todo proceso electoral la opinión pública es demoledora y a pesar de las manifestaciones, los resultados de los estudios de opinión serios más recientes, señalan a Enrique Peña Nieto como el puntero con más de veinte puntos de ventaja en relación a sus contrincantes. La realidad es cruda para Andrés Manuel López Obrador y Josefina Vázquez Mota: de los jóvenes manifestantes, son la minoría los que votan. En cambio para los que no tenemos creencias, la democracia es nuestra religión y votar es la comunión.
¿Recuerdan el comercial televisivo de una señora que le dice a su marido: estaríamos mejor con López Obrador? Y el marido contesta a la señora: ¡Pero si tú ni votaste por él! Nos gusta reclamar, gritar, inconformarnos y protestar, pero no votar. Así es la democracia en todas partes.
En la misma vena, en las campañas de Cuauhtémoc Cárdenas y AMLO, como activista fundadora del Partido Comunista Mexicano, estuve presente en seis ocasiones en las que miles llenaron el Zócalo de la ciudad de México: impresionante, ya ganamos, pensábamos los cercanos a los candidatos. Cero, al día siguiente de la votación buena parte de los propios organizadores del partido aparecían con el pulgar limpio, no habían votado: estuve trabajando hasta muy tarde, un imprevisto, no tuve oportunidad…en fin, sobraban los pretextos. Ya veremos el primero de julio próximo.
Debo reconocer que si bien AMLO tiene la simpatía de los estudiantes universitarios; sin embargo, en su balance hay que subrayar:
• Marcelo Ebrard o Juan Ramón de la Fuente debieron ser los candidatos.
• AMLO a nadie convence con su discurso amoroso; ya sacó los colmillos de rijoso.
• La gente está cansada de pleitos estériles, divisiones, confrontaciones.
• AMLO carece de liderazgo en el PRD, no le hacen caso dirigentes y candidatos.
• Subsiste la división entre los partidos de izquierda PRD, PT y MC.
• En el PRD, ya se frotan las manos: pedirán millonarios préstamos bancarios.
• Su vinculación con miembros del PRD corruptos le resta credibilidad.
• Cuauhtémoc Cárdenas, Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera, pintaron su raya.
• La opacidad, excesos y corrupción en su gobierno en el D.F. lo desacreditan.
• Su discurso se ha vuelto desesperado, repetitivo y monótono, de lugares comunes.
• Sus ocurrencias se aprecian poco factibles (repartir el presupuesto entre la gente).
• Sus planteamientos resultan incongruentes e inviables, con viraje al populismo.
• No transmite optimismo, ni seguridad; parece frustrado, desesperado y tenso.
• Lo evidenciaron sus operadores en la participación en los eventos anti EPN.
• Le faltan propuestas convincentes para un programa de gobierno sólido.
• Carece de la confianza de los empresarios, banqueros y representantes de poder.
• Lo dejaron solo los gobernadores, senadores, diputados, alcaldes…afines al PRD.
• No representa el cambio que pide la gente; sólo ofrece ser mejor.
• El posible voto de los indecisos está en favor de la alternancia, no del PRD.
• El equipo de campaña de AMLO no cubrirá el proceso el día de la elección.
• De llegar a la Presidencia AMLO, provocaría una crisis productiva y el aislacionismo.
Por su parte, la desairada y regañada Josefina por andar azuzando a la gente a que tome las calles como en sus tiempos lo hacía Evita Perón, se puso romántica en Oaxaca y mostró su verdadera vocación: el baile. Sin zapatos bailó una bella y alegre Josefina, a la orilla del mar. Un rostro feliz y ahora sí, diferente. En su balance sobran los comentarios negativos; su actuación ha sido gris. En la adversidad por la que atraviesa su campaña, Josefina publicó una encuesta hecha por el propio PAN, colocándose (mi vida, me das ternura) a solo seis puntos de EPN.
De Gerardo Quadri, hay que pedir al IFE que revise el estado emocional del novel político y candidato presidencial del PANAL, que se equipara en sus anuncios comerciales con Ghandi, Zapata… ¡Ya enloqueció!
A Enrique Peña Nieto hay que reconocerle el haber decidido ir a la Ibero asumiendo los costos, y principalmente su sabia decisión: dejar atrás la intolerancia, prepotencia, arrogancia, ostentación e insensibilidad del viejo PRI, y todos sus beneficiarios. Vea el interesante artículo anexo que mi dilecto amigo Federico Berrueto escribió al respecto (¿Cuál PRI ganaría? Milenio 20.0512).
Hágame caso. Tómese unos días de merecido descanso y vengase con su familia a disfrutar Veracruz: bueno, bonito, barato, moderno, limpio y muy alegre.