
El embarazo en menores de 12 años se ha convertido en un problema de salud pública, declaró Dulce María Judith Pérez Torres, maestra en Psicología Social y Doctora en Pedagogía de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
Biológicamente las chicas a esa edad no han constituido sus partes neuronales y esqueléticas para tener un bebé, aunque registre sus primeros periodos de menstruación.
Otro de los problemas frecuentes es la disyuntiva emocional entre seguir siendo una niña o saltar a la adolescencia y más adelante a la juventud sin un proceso ordenado.
Cuando se presenta un embarazo a temprana edad, las jóvenes atraviesan una crisis de ansiedad sobre todo en el momento de comunicarlo a los padres, y en caso de negarles el apoyo es común el sentimiento suicida de abortarlo.
“Los nervios al límites les ocasionan depresión y baja autoestima”, comentó la especialista.
Refirió que la desesperanza en las jóvenes embarazadas se puede reducir mediante apoyo psicológico, psiquiátrico y obstétrico, además de que el respaldo de los padres de familia será fundamental en la estabilidad de la madre y su futuro hijo.
Finalmente recomendó registrar al niño (a) con el nombre de sus verdaderos padres a fin de evitar que su hijo crezca en medio de un ambiente de confusión.
PATRICIA ESTRADA SÁNCHEZ