La principal virtud que debe existir en los seres humanos es ser honestos, cualidad que pocos poseen, pues la mayoría actúa con falsedad y conveniencia, por lo que la DESHONESTIDAD se ha convertido en un vicio muy arraigado, y se da en personas sin juicio de civilidad, durante varios actos en el ejercicio de su vida
La DESHONESTIDAD se presenta en varias formas y hechos, por lo que el individuo deshonesto no sólo es el que comete actos ilícitos en el trabajo, ni el que recibe dinero a cambio de un servicio ilegal, también puede ser el funcionario público que trata a los causantes con despotismo y prepotencia, situación que se origina entre servidores públicos de cualquier jerarquía y dependencia, tanto en lo operativo, como en lo administrativo.
En oficinas descentralizadas, en la política y el deporte, también es común que se presente este hecho, así como a los elementos de la policía y tránsito se les califique de deshonestos en su servicio, al respecto con conocimiento de causa señalamos: Que actualmente en el Estado de Puebla, todos los elementos de Seguridad Pública y de Tránsito, para ejercer sus funciones en materia de seguridad Pública y Vialidad, son debidamente capacitados en el perfil del trabajo que desempeñan en bien de la sociedad, haciéndoles conciencia e imbuyéndoles en la mente, que el servicio que desempeñan debe de ser realizado con honestidad, veracidad, conocimientos y sin prepotencia.
Desde hace varios años los poblanos piden a gritos exista honradez en todos los ámbitos, sobre todo en el trabajo de las autoridades de nuestro Estado y que exista veracidad en las promesas de los titulares, pues se ha observado que cuando se nombra a una persona como titular de alguna dependencia, bien ESTATAL O MUNICIPAL, al inicio de su gestión administrativa PROMETE que se terminarán todas las irregularidades que existen, pero a través del tiempo siguen igual o peor.
En la vida todos tenemos problemas, tanto hombres como mujeres, unos simples y otros complejos, y jamás reconocemos nuestros defectos, para tal fin se requiere que exista honestidad, confianza y veracidad en todos los trabajos que se ejecutan; no se debe olvidar que la palabra y los hechos resuelven todos los problemas existentes. Y no sólo debemos ver los vicios ajenos, pensando que todos son originados por la deshonestidad. Desterremos ya la mentira, las promesas incumplidas, el abuso del poder, etc., y entendamos de una vez por todas que la educación y el respeto a todos los ordenamientos de los principios de moralidad, es lo primordial para vivir en un mundo de progreso y tranquilidad.