LA CONSTITUCIÓN HA MUERTO, EN PUEBLA SE PERSIGUE A LA PRENSA

La carta magna signada por los padrecitos conscriptos, los constituyentes de 1917, privilegiaba los derechos humanos, las garantías individuales y un gran espíritu humanístico, y aunque quizá tenía errores estructurales, era una constitución muy avanzada, muy adelantada a su época, y un ejemplo mundial de respeto al ser humano.
Lo más valioso de nuestra Constitución es el apartado dedicado a los derechos humanos y sus garantías que en el Artículo séptimo establece que: «Es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquiera materia. Ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa censura, ni exigir fianza a los autores o impresores, ni coartar la libertad de imprenta, que no tiene más límites que el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz publica».
La libertad de Expresión en México implica que los mexicanos se expresen sin represiones.
La libertad de expresión es un derecho humano básico, constitucional y fundamental.
La libertad de expresión contribuye al ejercicio de otros derechos y libertades fundamentales como la libertad de prensa, los derechos de reunión, asociación y participación política.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) señala que el Día de la Libertad de Expresión en México es una fecha para recordar que los gobiernos deben respetar los compromisos de libertad de palabra, de información y de expresión, aboliendo cualquiera de las medidas que restringen estas libertades.
Con el tiempo nuestra Constitución ha sido mutilada, y pervertida, tan solo en el sexenio aciago de Felipe del Corazón de Jesús sufrió más de cien transformaciones perversas.
Y con este antecedente, el espíritu de la carta magna ha sufrido en Puebla muchas agresiones, la ultima a cargo del dócil congreso del estado, de los diputados esbirros del poder ejecutivo, si, de los mismos que por orden del gobernador desaparecieron el IAPEP y con ello el instituto de la beneficencia publica y el monte de piedad que eran los únicos recursos que tenían en su favor los poblanos mas pobres.

Pues ahora resulta que con 39 votos a favor, el Pleno del Poder Legislativo aprobó durante la Sesión Publica de este día, el Punto de Acuerdo que presentó la Diputada Josefina Buxadé Castelán, en el que exhorta a la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, dependiente de la Secretaría de Gobernación Federal, a examinar de oficio que las publicaciones que circulan en el Estado cuenten con los certificados de licitud tanto de título como de contenido.
Asimismo, se solicita al Instituto Nacional de Derechos de Autor a revisar que las publicaciones que circulan en Puebla, cuenten con certificado de reserva de derechos de autor al uso exclusivo del título.
En este sentido, la Diputada, integrante del Grupo Legislativo del PAN, comentó: «No se trata de restringir el derecho a la libertad de expresión, sino de garantizar el derecho de acceso a la información de los ciudadanos, garantizar que la información que se recibe contribuya a generar juicios objetivos, críticos y que ayuden a consolidar el proceso de democratización en el país; no a desinformar o engañar al ciudadano.»
Entonces ahora resulta que el gobernador Rafael Moreno Valle va a supervisar a la prensa en Puebla.
Nosotros le decimos con el debido respeto a su jerarquía, que no es ni siquiera mencionable esto, no señor gobernador, usted no va a supervisarnos a los periodistas, ni a la prensa, nosotros vamos a seguir escribiendo y publicando los hechos, la realidad y si usted comete abusos de poder, excesos de cualquier tipo, nosotros los seguiremos reseñando.
Usted no tiene ninguna autoridad moral para supervisar a la prensa, ni en Puebla ni en ningún lado, y sí, nosotros los periodistas, -en nuestro caso con mas de tres mil trabajos periodísticos publicados-, repito sí vamos a seguir publicando sus excesos, sus desatinos, sus abusos, de autoridad y de poder.
Así como nuestros antecesores los periodistas poblanos publicaron hace 40 años los abusos de su abuelo, el señor general Rafael Moreno Valle quien fue obligado a renunciar a la gubernatura o lo renunciaron desde la presidencia de la república , así quizá muy pronto lo mismo le ocurrirá usted, si se empeña en seguir destruyendo Puebla, persiguiendo y «supervisando y vigilando « a la prensa en Puebla, si se empeña en realizar una elección de estado, si se empeña en realizar obras faraónicas, como su rueda del infortunio, que además ya nos enteramos qué además de muy cara es usada, no es nueva, como su proyecto fallido de construir un absurdo teleférico en una época de pobreza y en el peor lugar de la ciudad de Puebla, patrimonio de la humanidad según la Unesco, sobre todo gastando de manera irracional el dinero de los poblanos, entregando la obra publica a empresas de otras latitudes, despidiendo a miles de empleados de la administración estatal, gastando de manera insultante cientos de millones de pesos en las campañas de los candidatos oficiales, y un largo etc. etc. etc. etc.

De manera incongruente los integrantes de la actual legislatura del congreso del estado intentaron celebrar el día de la libertad de expresión, el Presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Diputado Mario Gerardo Riestra Piña y los Diputados Mirna Inés Toxqui Oliver, Denisse Ortiz Pérez, Enrique Nacer Hernández, Jorge Luis Blancarte Morales, Félix Santos Bacilio, Josefina Buxadé Castelán, Jorge Gómez Carranco, Myriam Galindo Petriz, Gabriel Hernández Hernández, Jesús Vázquez Viveros, Elvia Suárez Ramírez, Blas Jorge Garcilazo Alcántara y José Lauro Sánchez López, ofrecieron un desayuno a algunos integrantes de los medios de comunicación, para reconocer su labor periodística, mientras por otro lado pretenden controlar, fiscalizar y censurar las actividades de la prensa en Puebla.
RICARDO FLORES MAGON
Terminamos esta reflexión parafraseando a Ricardo Flores Magón quien en un día aciago como el de hoy, para la libertad de expresión en México, dijo:
«Cuando ha llegado un 5 de febrero más y… la justicia ha sido arrojada de su templo por infames mercaderes y sobre la tumba de la Constitución se alza con cinismo una teocracia inaudita ¿para qué recibir esa fecha, digna de mejor pueblo, con hipócritas muestras de alegría? La Constitución ha muerto, y al enlutarnos hoy con esa frase fatídica, protestamos solemnemente contra los asesinos de ella, que con escarnio sangriento al pueblo que han vejado, celebren este día con muestras de regocijo y satisfacción».

EL PENSAMIENTO DE RICARDO FLORES MAGÓN.
Discurso pronunciado en el año 1917
«Deseo deciros algunas palabras acerca de un mal hábito, bastante generalizado entre los seres humanos. Me refiero a la indiferencia, ese mal hábito que consiste en no fijar la atención en asuntos que atañen a los intereses generales de la humanidad».
«Cada quien se interesa por su propia persona y por las personas más allegadas a él, y nada más; cada quien procura su bienestar y el de su familia, y nada más, sin reflexionar que el bienestar del individuo depende del bienestar de los demás; y que el bienestar de una colectividad, de un pueblo, de la humanidad entera, es el producto de condiciones que la hacen posible, es el resultado de circunstancias favorables, es la consecuencia natural, lógica, de un medio de libertad y de justicia».
Así, pues, el bienestar de cada uno depende del bienestar de los demás, bienestar que sólo puede ser posible en un medio de libertad y de justicia, porque si la tiranía impera, si la desigualdad es la norma, solamente pueden gozar de bienestar los que oprimen, los que están más arriba que los demás, los que en la desigualdad fundan la existencia de sus privilegios.
Por lo tanto, el deber de todos es preocuparse por los intereses generales de la humanidad para lograr la formación de un medio favorable al bienestar de todos. Sólo de esa manera podrá el individuo gozar de verdadero bienestar.
Pero vemos que en la vida corriente ocurre todo lo contrario. Cada uno lucha y se sacrifica por su bienestar personal, y no lo logra, porque su lucha no está enderezada contra las condiciones que son obstáculo para obtener el bienestar de todos.
El ser humano lucha, se afana, se sacrifica por ganarse el pan de cada día; pero esa lucha, ese afán, ese sacrificio no dan el resultado apetecido, esto es, no producen el bienestar del individuo porque no están dirigidos los esfuerzos a cambiar las condiciones generales de convivencia, no entra en los cálculos del individuo que lucha, se afana y se sacrifica la creación de circunstancias favorables a todos los individuos, sino el mezquino interés de la satisfacción de necesidades individuales, sin hacer aprecio de las necesidades de los demás.
El que está trabajando sólo piensa en que no le quiten el trabajo y se alegra cuando en una rebaja de trabajadores no entra él en el número de los cesantes, mientras que el que no tiene trabajo suspira por el momento en que el burgués despida a algún trabajador para ver si, de esa manera, logra él ocupar el puesto vacante, y hay algunos tan viles, hay algunos tan abyectos, que no titubean en ofrecer sus brazos por menos paga, y otros que en un momento de huelga se apresuran a llenar los lugares desocupados momentáneamente por los huelguistas.
En suma, los trabajadores se disputan el pan, se arrebatan el bocado, son enemigos los unos de los otros, porque cada quien busca solamente su propio bienestar sin preocuparse del bienestar de los demás, y ese antagonismo entre los individuos de la misma clase, esa lucha sorda por el duro mendrugo, hace permanente nuestra esclavitud, perpetúa la miseria, nos hace desgraciados, porque no comprendemos que el interés del vecino es nuestro propio interés, porque nos sacrificamos por un interés individual mal entendido, buscando en vano un bienestar que sólo puede ser el resultado de nuestro interés por los asuntos que atañen a la humanidad entera, interés que, si se intensificara y se generalizara, daría como producto la transformación de las condiciones actuales de vida, ineptas para procurar el bienestar a todos porque están fundadas en el antagonismo de los intereses, en otras basadas en la armonía de los intereses, en la fraternidad y en la justicia.
Veis por lo tanto, compañeros, que, para alcanzar el bienestar, es preciso, es indispensable fijar la atención en los intereses generales de la humanidad, hacer a un lado la indiferencia, porque la indiferencia eterniza nuestra esclavitud. Todos nos sentimos desgraciados; pero no acertamos a encontrar una de las principales causas de nuestro infortunio, que es nuestra indiferencia, nuestra apatía por todo lo que significa interés general.
La indiferencia es nuestra cadena, y somos nosotros nuestros propios tiranos porque no ponemos nada de nuestra parte para destruirla. Indiferentes y apáticos vemos desfilar los acontecimientos con la misma impasibilidad que si se tratara de asuntos de otro planeta, y como cada quien se interesa únicamente por su propia persona, sin preocuparse de los intereses generales, de los intereses comunes a todos, nadie siente la necesidad de unirse para ser fuertes en las luchas por el interés general; de donde resulta que no habiendo solidaridad entre los oprimidos, el gobierno se extralimita en sus abusos y los amos de toda clase hacen presa de nosotros, nos esclavizan, nos explotan, nos oprimen y nos humillan.
Cuando reflexionemos que todos los que sufrimos idénticos males tenemos un mismo interés, un interés común a todos los oprimidos, y nos hagamos, por lo tanto, el propósito de ser solidarios, entonces seremos capaces de transformar las circunstancias que nos hacen desgraciados por otras que sean favorables a la libertad y al bienestar.
Dejemos ya de apretarnos las manos y de preguntar angustiados que será bueno hacer para contrarrestar las embestidas de la tiranía de los gobiernos y de la explotación de los capitalistas. El remedio está en nuestra mano: unámonos todos los que sufrimos el mismo mal, seguros de que ante nuestra solidaridad se estrellarán los abusos de los que fundan su fuerza en nuestra desunión y en nuestra indiferencia.
Los tiranos no tienen más fuerza que la que les damos nosotros mismos con nuestra indiferencia. No son los tiranos los culpables de nuestros infortunios, sino nosotros mismos.
Preciso es confesarlo: si el burgués nos desloma en el trabajo y exige de nosotros hasta la última gota de sudor, ¿a quién se debe ese mal sino a nosotros mismos, que no hemos sabido oponer a la explotación burguesa nuestra protesta y nuestra rebeldía?
¿Cómo no ha de oprimirnos el gobierno cuando sabe que una orden suya, por injusta que ella sea y por más que lastime nuestra dignidad de hombres, es acatada por nosotros con la vista baja, sin murmurar siquiera, sin un gesto que haga constar nuestro descontento y nuestra cólera?
«¿Y no somos nosotros mismos, los desheredados, los oprimidos, los pobres, los que nos prestamos a recibir de las manos de nuestros opresores el fusil, destinado a exterminar a nuestros hermanos de clase, en los raros momentos en que la mansedumbre y la habitual indiferencia ceden su puesto a las explosiones del honor y del decoro? «
«¿No salen de nuestras filas, de la gran masa proletaria, el polizonte y el mayordomo, el carcelero y el verdugo?»
«Somos nosotros, los pobres, los que remachamos nuestras propias cadenas, los causantes del infortunio propio y de los nuestros».
«El anciano que tiende la mano temblorosa en demanda de un mendrugo; el niño que llora de frío y de hambre; la mujer que ofrece su carne por unas cuantas monedas, son hechura nuestra, a nosotros deben su infortunio, porque no sabemos hacer de nuestro pecho un escudo; y nuestras manos, acostumbradas a implorar, son incapaces de hincarse, como tenazas, en el cuello de nuestros verdugos».
Ricardo Flores Magón.