Una creencia muy extendida en nuestra sociedad es que los ciudadanos son contrarios a subidas de todo tipo de impuestos. Esta afirmación habría que matizarla porque, en el caso de los impuestos del tabaco, diversas encuestas señalan que el 50%-55% de la población ve con buenos ojos un aumento de los impuestos especiales para disminuir los devastadores efectos de ese producto en la salud pública. Sin embargo no hay una opinión clara de la sociedad sobre los impuestos del alcohol o de otros productos potencialmente dañinos para la salud de los menores como las grasas saturadas o las bebidas azucaradas. Además del tabaco, existe un creciente consenso social de que la obesidad infantil, el abuso de alcohol y el de bebidas azucaradas son una seria amenaza para el futuro de las nuevas generaciones.
Leer artículo original:
Impuestos, salud y sanidad