
El instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), a través del Museo Nacional de Arquitectura expone materiales que muestran más de 150 proyectos
Considerado como de los arquitectos más destacados desde la segunda mitad del siglo XX, el arquitecto Luis Ortiz Macedo recibió un homenaje por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), a través de la exposición ‘Luis Ortiz Macedo. Patrimonio, Cultura y Academia’, en el Museo Nacional de Arquitectura del Palacio de Bellas Artes.
Esta muestra reconoce los 60 años de trayectoria de este arquitecto que ha dirigido más de 80 obras de restauración monumental, es autor de 16 conjuntos urbanos y 60 obras contemporáneas, así como de 33 libros que se han convertido en obra de referencia y disfrute para sus lectores.
La exposición fue preparada conjuntamente con el mismo doctor Ortiz Macedo, contando en su totalidad con material preparado por él. El objetivo principal es difundir y reconocer su trabajo, y en especial su labor en el rescate y restauración del patrimonio arquitectónico, además de mostrar sus aportaciones dentro de este campo, con ejemplos representativos de su obra.
Esta muestra fue desarrollada cronológicamente y está conformada con materiales gráficos originales, fotografías y reproducciones que mostrarán más de 150 proyectos que permitirán apreciar su labor arquitectónica y de restauración. De igual manera se mostrarán más de 30 piezas originales que reflejan la calidad y variedad de su trabajo.
El arquitecto Ramón Vargas, director de Arquitectura del INBA, describió a Ortiz Macedo como una persona que ha destacado en el campo de la arquitectura, de la cual la restauración es una parte.
«Él ha destacado no sólo como arquitecto y restaurador, sino también como escritor, ahí en las vitrinas se podrán observar algunos de sus libros, y esto lo hace destacar por encima de la generalidad de los profesionales. Igualmente destaca por la enorme cantidad de puestos que ha ocupado impulsando la arquitectura, la restauración y las publicaciones», dijo.
Al hablar de sus trabajos de restauración realizados en inmuebles del Centro Histórico del Distrito Federal, el arquitecto Ortiz Macedo expresó que para él siempre fue tan importante la restauración como crear obra contemporánea.
«De todo mi trabajo, quizá lo que hice en Guanajuato me llena de mucha satisfacción, porque formé el primer Instituto de Restauración de Monumentos en todo el continente, cuando era el director de la Escuela de Arquitectura en esa entidad. Ahora estoy encantado con esta exposición porque son 60 años de un sacrificio tras otro», indicó.
Luis Ortiz Macedo nació en 1933 en la ciudad de México. Su padre fue el licenciado Luis Ortiz, miembro de una familia porfiriana y su madre fue la pintora Gloria Macedo, quién residió en España durante la presidencia de Victoriano Huerta.
En 1951 entró a la Academia de San Carlos, e inició su práctica profesional a temprana edad realizando el proyecto de una casa en Tlalpan para la familia O’Connor, y al año siguiente creó el diseño de un edificio de departamento en Santa María la Rivera, además de intervenir la capilla de San Andrés Tepetlaco, en el Distrito Federal. Ya en el tercer año de la carrera aceptó reconstruir y adaptar una sucursal del banco Banpaís en una casona de la Plaza de San Jacinto, en el sur de la ciudad.
En 1959 proyectó el anexo a la Parroquia de Tlacopan, involucrándose de lleno en el área de la restauración, manifestándolo de lleno cuando en 1960 presentó su tesis con el tema Rehabilitación Urbana de la Áreas Históricas de la Distrito Federal, obteniendo mención honorífica.
En ese mismo año, gana una beca otorgada por el Banco de México y el gobierno de Francia para realizar estudios de restauración de monumentos en Europa, y donde una vez terminados sus estudios permaneció dos años trabajando en el taller de arquitectura del Consejo de Europa ubicado en Estrasburgo, trabajando en problemas concretos de restauración.
En 1963, ya en México el arquitecto Juan José Torres Landa, entonces gobernador de Guanajuato, lo invitó a fundar la Escuela de Arquitectura de la Universidad del estado, y donde fundó el primer Instituto de Restauración de Monumentos en el año de 1966.
Ya de regreso en la Ciudad de México se integró al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en donde realizó un programa ambicioso junto al arquitecto Jorge L. Medellín, para recuperar algunos de los centros cívicos de la Ciudad de México, como trabajos previos para recibir los Juegos Olímpicos de 1968.
Algunas de estas plazas cívicas en las cuales intervino de manera importante fueron la Plaza de Santo Domingo y la Santa Veracruz, el Panteón de los Hombres Ilustres y las Plazas de San Fernando, Loreto, Santa Catarina, entre otras.
Luis Ortiz Macedo fue director general de INAH y del INBA, vocal ejecutivo del Consejo del Centro Histórico de la Ciudad de México y fundador de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana, entre otros muchos cargos.