I Parte
La diputada federal del PRD, Leticia Quezada Contreras, en el pleno de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, propuso un punto de acuerdo mediante el cual se exhorta al gobernador Rafael Moreno Valle a suspender totalmente la obra del “Viaducto Calzada Ignacio Zaragoza”, ante la inconformidad de amplio sector social de nuestra ciudad y del país, hasta que tengan los estudios de impacto urbano, ambiental, permisos y autorizaciones emitidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, los que sean requeridos por la normatividad vigente, y exista convencimiento pleno de su viabilidad o su desestimación.
En 2 entregas le presentamos las partes esenciales. El documento donde expone los siguientes motivos por los cuales la legisladora propone el punto de acuerdo: la Declaración Universal de los Derechos Humanos y 8 consideraciones esenciales establecidas en el Pacto Internacional, plantea que “existe hoy en día en el estado de Puebla y en amplios sectores de la sociedad mexicana una actual inconformidad por la obra de construcción proyectada por el gobierno de puebla, denominada Viaducto Calzada Ignacio Zaragoza.
Las inconformidades residen en la opacidad, en la licitación de la obra, lo incompleto del expediente técnico del proyecto, el incumplimiento del principio constitucional de máxima transparencia en la gestión pública, circunstancia que ha impedido a la ciudadanía conocer los impactos ambientales, económicos, sociales y culturales de la obra. En el documento se indica que la construcción de la obra vial se impugna por violar “lo previsto en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas y Culturales, ordenamiento jurídico federal que protege normativamente el Centro Histórico de Puebla”.
Diversos investigadores del Centro INAH-Puebla han denunciado que la obra se realiza sin contar con la Licencia expedida por ese Instituto, que se otorga o niega una vez hecho el análisis científico y técnico de cualquier proyecto que afecte un centro Histórico, tal y como lo es el Centro Histórico de la Ciudad de Puebla. Existe incluso un DICTAMEN sustentado en una investigación histórica y antropológica que desestima la obra por sus impactos negativos para la ciudad.
“El proyecto desconoce por la vía de los hechos que la Ciudad de Puebla es una zona de monumentos históricos, pues ella se encuentra vinculada a diferentes hechos históricos de relevancia nacional, aunado al hecho de que en el año de 1987 fue declarada por la UNESCO como Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad. La obra de construcción es visualizada por amplios sectores sociales como una intervención abusiva en términos arquitectónicos y urbanísticos, que afectará irremediablemente el paisaje urbano con la consecuente destrucción de su identidad y belleza, teniendo como daño colateral la alteración injusta de la calidad de vida de los habitantes de la Ciudad de Puebla”.
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