A solicitud de la presidencia municipal de Magdalena, Sonora, especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) efectuaron trabajos curatoriales en los restos óseos atribuidos al misionero jesuita Eusebio Francisco Kino, así como limpieza y eliminación de los rastros de termita en la cripta en la que se encuentran a la vista pública desde 1980.
La antropóloga física Patricia Hernández y el restaurador perito Rodolfo del Castillo acudieron al sitio los pasados días 11 y 12. De acuerdo con la revisión de Patricia Hernández, «el material osteológico se encuentra en perfecto estado de conservación», por lo cual se procedió a retirarle el polvo acumulado con brocha y pincel delgado, usando en ocasiones, agua destilada y alcohol. El trabajo se realizó in situ, ya que el esqueleto está fijado a su base y no se puede mover.
La especialista explicó que hace 30 años los restos atribuidos al Padre Kino recibieron un tratamiento de consolidación y conservación para poder exhibirlos al público, por lo que los cubre una capa plastificada de protección. Detalló que la cripta está cerrada, pero tiene ventanas alrededor para observar el esqueleto y algunas ranuras que permiten la ventilación.
En tanto, Del Castillo confirmó la presencia de termitas en uno de los muros de la cripta, por lo cual procedió a una fumigación que terminó con la plaga; sin embargo, considera que los materiales utilizados para la construcción del mausoleo, edificado en el siglo XX en el lugar donde fueron descubiertos los restos atribuidos a Kino, no son los adecuados y es necesario cambiarlos paulatinamente para mantener la buena conservación de los huesos.
Del Castillo dijo que para prevenir otros posibles ataques de insectos es necesario sustituir los marcos de las ventanas elaborados con madera de pino –muy susceptible a las termitas–, por marcos de cedro tratado para evitar la presencia de agentes biológicos.
Además, el experto recomienda sellar el compartimento para evitar que los visitantes introduzcan objetos al interior de la cripta, ya que es común que arrojen monedas y pongan milagros, con lo que se podrían dañar los huesos directamente u ocasionar cambios climáticos y estructurales en el lugar.
Para la región, el Padre Kino representa al jesuita que estableció numerosas misiones en lo que hoy es el noroeste de México y el suroeste de Estados Unidos; asimismo, se le atribuye la introducción de tecnologías para la agricultura y la ganadería que permitieron el desarrollo económico en Sonora, aunado a los estudios de exploración, cartografía, geografía y astronomía que realizó el religioso hasta 1711, año de su fallecimiento.
El director del INAH en Sonora, antropólogo José Luis Perea González, detalló que ya están realizando el informe y el dictamen oficial para ser entregados al municipio de Magdalena; adelantó que a partir de la inspección, los especialistas determinaron la necesidad de un plan de mantenimiento y conservación asesorado por el INAH, a ejecutarse con una mínima periodicidad bimensual por parte de las autoridades municipales.
El mausoleo en honor al Padre Kino fue construido a mediados del siglo XX, en el lugar donde fueron descubiertos sus presuntos restos. Por su colindancia con el Templo de Santa María Magdalena y su plaza dentro de un contexto misional, la cripta está considerada de valor cultural y forma parte de los monumentos históricos registrados por el INAH.
La misión de Santa María Magdalena Buquivaba, comúnmente referida como Magdalena, fue una de las cinco que fundaron los jesuitas en el último tercio del siglo XVII sobre el río Magdalena. Se construyó en 1690 por los religiosos Agustín Campos y Eusebio Francisco Kino.
La misión pasó a la historia de la región porque en ella murió el Padre Kino el 15 de marzo de 1711 y se refiere que sus restos fueron sepultados en el altar del primer templo.
En la actualidad Magdalena es una activa ciudad con aproximadamente 33 mil habitantes, según el último censo de población, por la que pasa la carretera rumbo a la ciudad fronteriza de Nogales.