El rostro y la personalidad inequívocamente francesa de esa actriz eficiente llamada Julie Delpy les sonará por haber aparecido en numerosas películas firmadas por directores europeos de prestigio pero la cinefilia la asociará siempre a esa mujer parisina que conoce a un norteamericano en Viena, pasan un día y una noche hablando y seduciéndose, se separan y se reencuentran diez años más tarde. Ocurría en Antes del amanecer y Antes del atardecer , un insólito y arriesgado experimento del director Richard Linklater que le salió bien, con morbo, misterio y sentimiento. Julie Delpy también se ha colocado detrás de la cámara con resultado irregular en cuatro ocasiones. Le Skylab se titula la última. El enunciado no es caprichoso, tampoco el argumento está centrado en la carrera espacial. Pensaban que aquel desintegrado cohete de la NASA iba a caer sobre Bretaña el 11 de julio de 1979. Una cría de 10 años que en la ficción se llama Albertine, pero que resulta transparente que en la realidad su nombre era Julie Delpy, pasaba ese momento que se preveía catastrófico en la casa campestre de su abuela, celebrando el cumpleaños de ésta, en compañía de sus libertarios padres y de pintorescos e infinitos primos, tías y tíos, incluyendo entre éstos a un traumado paracaidista que vivió su plenitud vital y profesional masacrando civiles en las guerras de Vietnam y de Argelia y que no puede acostumbrarse a la vida cotidiana.
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Dos aceptables retratos del mundo infantil