En la actividad de la contabilidad, existen algunas expresiones para argumentar algunos casos en que matemáticamente se llega a algún resultado, pero en realidad ese resultado no refleja la verdadera situación económica, financiera o contable de la organización, empresa o entidad de que se trate. En ese caso, es común decir: «Me checa, pero no me cuadra», dando a entender de que ya obtuvimos el resultado esperado, pero no sabemos cómo es que se llegó a él, si la realidad es otra.
Lo mismo pasó hace unos días, cuando se nos informó que la pobreza en México había incrementado; datos afirman que el número de mexicanos que padecen pobreza y pobreza extrema aumentó. De inmediato, los personajes encargados de dirigir las finanzas de este país dieron su explicación de esta noticia, puesto que semanas antes nos venían informando que estábamos en franca recuperación económica.
Entonces, como por arte de magia y con un aire de satisfacción, se nos explicó que la cosa podría estar peor y que, gracias a los programas sociales que el Gobierno Federal ha implementado, es como hay menos mexicanos pobres. Adicionalmente a ello, se dijo que si la pobreza había aumentado era por factores externos ocasionados por la crisis económica mundial.
Buena respuesta, pues ello demuestra que para nuestro gobierno la cosa simplemente se trata de cuestión de enfoques o de puntos de vista. Pero veamos un claro ejemplo de que los cálculos matemáticos, aunque se diga que los números son fríos y que dos más dos son cuatro, no siempre reflejan la realidad.
Imaginemos por un momento que en el país sólo existen dos ciudadanos, uno está empleado y el otro no, el empleado percibe un millón de pesos anuales por concepto de su sueldo, mientras que el otro lleva un año tratando de conseguir trabajo y vive en plena miseria. En cifras, el ingreso per cápita sería de medio millón de pesos para cada uno de ellos.
Desde el punto de vista de los economistas, resultaría ser una buena cantidad la que posee cada ciudadano, pero desde el punto de vista del ciudadano que no tiene trabajo, no es difícil saber lo que pensaría de ello.
Ante tal situación, los mexicanos bien podríamos decir: «Nos checa, pero no nos cuadra». Las cifras de crecimiento economic, mes con mes, según nuestras autoridades fiscales y económicas, van hacía arriba, pero en realidad, mes con mes, nuestro poder adquisitivo va en sentido contrario, tanto los precios de la canasta básica, como el de los energéticos (luz eléctrica y gasolina) se incrementan.
Ahora bien, sobre los programas sociales se ha cuestionado mucho si realmente cumplen con su objetivo de contribuir a un desarrollo social que combata la pobreza, y vemos cómo estos programas terminan siendo «ganchos» de apoyo electoral para algunos políticos.
Ya lo dijo Carlos Slim, el hombre más rico de México, que si para combatir la pobreza sólo se tratara de dar dinero a la gente, él lo daba, pero que la cosa no iba por ahí, y su propuesta se enfocó a dos cosas: «Más empleo y más educación».
Es así como los datos económicos sobre México nos indican que nada es verdad y nada es mentira, que todo depende del cristal con que se mira, pero lo único palpable y veraz es el incremento de las cantidades que debemos desembolsar para nuestros gastos diarios, mientras nuestros salarios permanecen estancados.
Desde el punto de vista del gobierno, ésa es una buena forma de controlar la inflación; desde el punto de vista del ciudadano, esa es una buena forma de estrangulación.
Juan Campos González