
Arturo Ordorica, Eduardo Sabugal, Yussel Dardón y Jaime Mesa, escritores poblanos, que se definen a sí mismos como «la generación de los inexistentes», presentaron la última antología narrativa editada por la Secretaría de Cultura ante el público universitario del Campus Puebla; con el objetivo de dar muestra de que existe literatura que también se produce en casa.
Un total de 28 autores originarios de la entidad poblana son los que componen «Piezas Cambiantes», antología narrativa que agrupa a escritores entre los 40 y 25 años.
Y con escritos inéditos que van desde ensayos hasta análisis gramaticales, incluye a «aquéllos que han sido excluidos de las editoriales por el hecho de no haber nacido en la década de los 50, ya que los pertenecientes a esta generación son los que más abundan en las publicaciones hechas en Puebla», comentó Jaime Mesa, Subdirector de Ediciones de la misma Secretaría.
Dardón manifestó que «Piezas Cambiantes» ha sido el espacio que se arriesgó para que los escritores poblanos nacidos entre los años 60 y 80 pudieran no sólo mostrar su obra sino proyectar a autores que aún sin tener una editorial que los espera ya han terminado su primer libro.
Ante esta oportunidad, los autores manifestaron que el inicio de este proyecto no comenzó en la universidad sino en la niñez. Los cuatro coincidieron que desde los cinco o seis años sus padres les fomentaron la lectura a partir de la lectura de libros en voz alta.
«Por lo que para generar lectores la mejor estrategia es a través del contagio, porque el libro por sí mismo no te hará mejor persona si nunca te atreves a abrirlo», expresó Ordorica.
Así que, la conmemoración del día internacional del libro para los escritores poblanos reside más en promover la lectura desde casa, desde padres interesados en que sus hijos comprendan el mundo que les rodea a partir de la comprensión de las palabras y de las preguntas, porque de acuerdo con Arturo Ordorica «hemos perdido la conciencia de la pregunta, primer paso para llegar a la imaginación».
Respecto a la existencia de redes sociales como Twitter o Facebook, Mesa y Dardón comentaron que no deben existir prejuicios para su uso, aunque no se deben concebir como la «panacea», sino como un medio que permite acercar a grandes públicos a la lectura.
«Por lo que el debate no está en si son buenos o malos, la discusión debe centrarse si a través de éstas es posible discutir a clásicos como Homero u obras como Ana Karenina, ahí está la verdadera cuestión», concluyó Mesa.
Día Internacional del Libro.
Fue propuesto por la Unión Internacional de Editores (UTE), y presentada por el gobierno español a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación , la Ciencia y la Cultura (Unesco). En 1995, se aprobó proclamar el 23 de abril de cada año el «Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor».
El éxito de esta iniciativa depende fundamentalmente del apoyo que reciba de los medios interesados, como autores, editores, libreros, educadores y bibliotecarios, entidades públicas y privadas, organizaciones no gubernamentales y medios de comunicación entre otros.
Así como la movilización de cada país por conducto de las Comisiones Nacionales para la UNESCO , las asociaciones, los centros y clubes UNESCO, las redes de escuelas y bibliotecas asociadas y cuantos se sientan motivados para participar en esta Fiesta Mundial.