La gran mayoría de los futbolistas del Madrid anteponen la obediencia a su entrenador, José Mourinho, al cuidado de su prestigio profesional particular. De puertas para adentro, sin embargo, no comparten todas las decisiones del técnico en los partidos de la Supercopa. Por un lado, celebran que, por fin, se atreviera a plantear un partido valiente en defensa, ahogando al rival en su propio terreno. Por otra parte, tras la derrota (3-2) en el Camp Nou, en las reuniones que mantuvieron los jugadores criticaron la orden expresa de acabar las jugadas lo más rápido posible para evitar las pérdidas y los sucesivos contragolpes de Messi. También lamentaron la ubicación de Coentrão en el medio centro, en la segunda parte. La primera decisión, según los jugadores, les restó claridad para rematar a un Barça más fatigado que nunca. La segunda medida facilitó el gol de Messi porque Coentrão no tiene oficio de volante defensivo.
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Coentrão y el vértigo