*Datan del siglo XVI y revelan usanzas indígenas durante la Conquista Española.
La Biblioteca Histórica José María Lafragua de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), custodia un sinnúmero de objetos impresos y manuscritos de gran valor testimonial, algunos de los cuales son considerados patrimonio documental de la humanidad; un ejemplo son los códices indígenas Sierra-Texupan y Yanhuitlán, que datan del siglo XVI.
Sus pictografías revelan parte de la usanza de los pueblos mesoamericanos en pleno proceso de la Conquista Española y contienen información etnográfica de la región sureste del país.
El director de la Biblioteca Histórica, Manuel de Santiago Hernández, explicó que los códices son documentos indígenas que se elaboraron con propósitos muy diversos, desde asuntos estrictamente religiosos, hasta de orden dinástico, linajes, territoriales y noticias del mundo mesoamericano
“Cuando los españoles llegaron a México, encontraron similitudes entre estos documentos plegables, tipo biombo, y sus obras en formato códex –o libro-, de ahí que los nombraran códices”. Contrario a ello, estos manuscritos pueden encontrarse plasmados en lienzos de tela, una tira larga de piel de venado, papel de maguey o papel castellano.
Los códices Sierra-Texupan y Yanhuitlán a principios del siglo XIX se encontraban en la Academia de Bellas Artes de Puebla y al cerrar pasaron a resguardo de la Biblioteca Lafragua en donde hoy en día, reposan con estrictas medidas de cuidado y seguridad en el Fondo Restringido de este espacio al interior del Edificio Carolino.
Códice Sierra-Texupan.
Fue el libro de cuentas de Santa Catalina Texupan (hoy Santiago Texupan), en la Mixteca Alta de Oaxaca, en donde se consignaron los gastos que la comunidad realizó aproximadamente de 1550 a 1564.
El códice, explicó el Director de la Biblioteca Lafragua, contiene información que indica en qué se empleaba el dinero público de esta comunidad, como subsidios para el hospital, el boticario, los ministros de la Iglesia, la compra de ganado o la cría de seda.
Además, “en por lo menos cuatro páginas de este códice, podemos ver la representación de Santa Catalina de Alejandría, que se distinguió de otras santidades homónimas, porque se le ilustró gráficamente con su instrumento de martirio, que fue una rueda dentada, esto constituye más que una pictografía, una ideografía”, comentó.
Físicamente el Sierra-Texupan consta de 62 láminas de papel europeo de trapo, iluminadas por ambos lados con pigmentos naturales que a pesar del tiempo no han palidecido; “sin embargo no se sabe cuál es el origen de estos colores, a pesar de que se sometió a un proceso de datación a través de arqueometría”.
Lo más curioso de este documento es la mezcla de tres culturas, ya que contiene jeroglíficos, textos escritos con caracteres latinos en lengua náhuatl, con alusiones a la zapoteca-mixteca, números expresados a la manera vigesimal indígena y en números arábigos, señaló el especialista en Libro Antiguo.
Códice Yanhuitlán.
Se trata de un documento pictográfico donde se ilustra un juicio inquisitorial de parte de frailes a los caciques de Yanhuitlán, Oaxaca, por idolatría que se realizó a mediados del siglo XVI; en éste se relata la comparecencia de los indígenas para demostrar su inocencia; en otra escena aparecen el encomendero del lugar y su hijo, quienes estaban haciendo algunas cuentas, relató el director de la Biblioteca Lafragua.
Las pictografías de este vestigio fueron elaboradas con dos tipos de tinta negra: una con base en humo de carbón y otra de origen europeo. Los dibujos son muy semejantes a la tradición europea y fueron elaboradas por un tlacuilo o escribano indígena. Asimismo contiene algunos jeroglíficos de tipo calendárico y nominal, describió De Santiago Hernández.
El códice Yanhuitlán se compone de 16 láminas en verso y recto, de papel europeo tamaño folio, que están encuadernados, trece se encuentran en la Biblioteca Lafragua y el resto en el Archivo General de la Nación.
Algo curioso en este Códice, “es que en una de sus láminas se muestran escenas de batallas, que algunos especialista suponen, se relaciona con el asedio de los españoles a Tenochtitlán”, dijo.
De acuerdo con la descripción hecha por la Biblioteca Digital Mexicana: El códice de Yanhuitlán parece haber sido realizado para celebrar el acuerdo entre caciques, religiosos y el encomendero, con el objeto de emprender un proyecto en verdad majestuoso para Yanhuitlán: la construcción de los enormes convento e iglesia, magníficamente concebidos y decorados, a costa principalmente de la propia comunidad y su cacique.
Vestigios históricos en la red.
Con el fin de preservar estos documentos como símbolos de la memoria de la humanidad, y que estén disponibles no sólo para investigadores especializados, sino también para todo público interesado, los códices Sierra-Texupan y Yanhuitlán pueden ser visualizados en su versión digital, en la página de la Biblioteca Universitaria, enwww.lafragua.buap.mx.
Además para potenciar su consulta en todo el mundo, recientemente fueron incorporados a la colección de la Biblioteca Digital Mexicana, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en la página www.bdmx.mx, acompañados por una breve semblanza que se presenta en siete idiomas diferentes.
El siguiente paso, reveló De Santiago Hernández, es que estos códices se integren a la Biblioteca Digital Mundial de la UNESCO.
Finalmente recordó que este espacio resguarda otras obras de gran valor histórico y cultural, como un manuscrito en el que el jesuita Antonio López de Priego relata la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767, y una mónita privada que contiene algunas recomendaciones que el responsable de esta Compañía en Roma hacía a los rectores de los colegios jesuitas a su resguardo.