Al ocupar México el primer lugar en obesidad, la industria alimenticia ha aprovechado esta situación para lanzar al mercado una gran variedad de productos light tanto mayonesas, leches, refrescos o aguas de sabor que han sido modificados en su composición para reducir el número de carbohidratos o azúcares.
En este último de los casos, la azúcar ha sido sustituida por el aspartame, el cual, se consume como un edulcorante artificial no calórico; químicamente es un metiléster que está compuesto por dos aminoácidos: el ácido aspártico y la fenilalanina; así lo explicó la licenciada en Nutrición y Ciencia de los Alimentos Diana Couto Roldán, adscrita al Hospital General Regional No. 36 “San Alejandro” del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Puebla.
En la industria alimenticia el Aspartame se emplea porque tiene la capacidad de dar un sabor endulzante de 150 a 200 veces más que la sacarosa y su dulzura persiste por más tiempo.
Sin embargo, no se recomienda incluir esta sustancia en la preparación de alimentos que deban someterse a temperaturas altas ya que su estructura molecular se vuelve inestable, llegando a formar compuestos tóxicos que a largo plazo dañan el hígado.
La nutrióloga Couto Roldán, explicó que para evitar esta situación, el aspartame se ha mezclado con el acesulfame Potásico, que es una sal más estable al calor y más resistente al PH; esta combinación también prolonga la utilidad de un producto alimenticio.
El acesulfame potásico no es asimilado por el organismo y por lo tanto no es una fuente de energía; se elimina por la orina y su potencial endulzante es 200 veces mayor que el del azúcar, por lo que se utiliza en la elaboración de caramelos, postres, panes y bebidas.
Las consecuencias de consumir estos edulcorantes artificiales se han relacionado con la aparición de cáncer, aunque no está comprobado científicamente ya que estas sustancias empezaron a comercializarse en los años ochentas y por lo mismo no han sido retiradas del mercado.
Cabe resaltar que el consumo de aspartame está contraindicado para personas con fenilcetonuria, es decir, que no cuentan con la enzima que permite metabolizar la fenilalanina a tiroxina, esto es una enfermedad hereditaria llamada “Error Congénito del Metabolismo” y se debe a un error de un cromosoma por lo que una elevada cantidad de fenilalanina en el torrente sanguíneo puede ocasionar retraso mental, problemas neurológicos y altos grados de intoxicación.
La especialista mencionó que la gente sensible al Aspartame llega a presentar temblor, sudoración, mareos, falta de aire y sensación de boca seca, aunque es poco el porcentaje de personas que tienen estos síntomas, se puede interpretar como una señal de alarma ante el consumo de edulcorantes artificiales.
En el caso particular de las personas diabéticas, la nutrióloga del IMSS recomienda que el consumo de alimentos endulzados con aspartame sea el mínimo o de lo contrario hagan uso mejor de la sucralosa, la cual tiene un mayor respaldo clínico.
Así como también se recomienda su consumo a la población en general ya que estudios científicos han comprobado que su estructura molecular es más resistente a temperaturas elevadas y es eliminado del organismo en un 100 por ciento ya sea por orina, sudor y heces y no está relacionado con la aparición de enfermedades como el cáncer.