Para el analista del Centro de Estudios para la Unión Europea de la Universidad Popular Autónoma de Puebla (UPAEP), Werner Voigt, el cierre de las tres principales ensambladoras automotrices japonesas, luego del terremoto, puede generar afectaciones económicas en México por el desabastecimiento de autopartes y refacciones que, junto con la volatilidad bursátil, frenarán la recuperación, luego de la recesión económica del 2008.
De no reabrir en unas semanas dichas plantas, los efectos en nuestro país se resentirán, primero, en la falta de abasto de los modelos que son exclusivamente armados en Japón, principalmente, que son en su mayoría de lujo; el segundo efecto será en la falta de abasto de partes elaboradas en la isla que llegan a nuestro país para el ensamblado de modelos compactos de alta demanda, como el Nissan Tsuru, y en tercer lugar, explicó el investigador, en la falta de abasto de refacciones, también de elaboración nipona para los modelos existentes.
«Sí habrá afectaciones, las ventas de las agencias de Toyota, Nissan y Honda bajarán y el impacto va a ser severo y ojalá puedan restablecer la producción, pero el problema es que en el distrito donde se ubican estas plantas, están instaladas las plantas nucleares que experimentan fugas, lo que hace que el tema sea impredecible”.
Otro problema que pudiera crear un efecto dominó que afecte la recuperación de la economía mexicana es la caída bursátil de Japón, debido a la fuga de capitales e inversión, para la cual, recordó, el Gobierno del Banco de esta nación ha inyectado 85 mil millones de dólares para compensar dicha situación.
Indicó que esta medida para capitalizar las inversiones no es del todo negativa, ya que es sólo para evitar el pánico financiero y no para la recuperación, por lo que se puede dar dicho efecto dominó que afecte a nuestra nación, debido a que “Japón es un fuerte socio económico de México, a pesar de que el 80 por ciento de nuestro intercambio es con Estados Unidos y puede complicar la recuperación económica mexicana en el escenario de una recesión mundial”.
En lo referente a las afectaciones para Puebla, descartó un impacto considerable, debido a que las industrias instaladas en la entidad no dependen de insumos producidos en Japón, sino de nuestro propio país y de naciones americanas, por lo que no habrá desbasto de materia prima para estas empresas que menoscaben la economía regional.
Sin embargo, “el verdadero dolor de cabeza será el cierre de la industria automotriz porque esa está directamente relacionada con la producción en Japón de autopartes y unidades completas”.
ARTURO CRAVIOTO