Debido al sedentarismo, consumo excesivo del alcohol y cigarro y a una alimentación poco nutritiva, actualmente entre el 50 y 80 por ciento de la población mayor de los 50 años padece algún tipo hipertensión arterial, comentó el doctor Roberto Salinas Hernández, nefrólogo del Hospital General Regional número 36 San Alejandro del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
A nivel mundial, la hipertensión arterial es un problema de salud pública que se manifiesta en una proporción importante de la población, ya sea como primaria o secundaria, esta última relacionada a males de tipo renal, expuso el especialista.
En el marco del Día Mundial de la Hipertensión Arterial, el nefrólogo puntualizó que esta enfermedad daña varios órganos, incluyendo el corazón, cerebro y riñones, de tal manera que si no es bien tratada o se detecta a tiempo, se pone en riesgo la vida de la personas.
El especialista del IMSS dijo que en individuos mayores a 45 años de edad las probabilidades de hipertensión se incrementan; “es común que hipertensión y la diabetes estén ligadas y muchas veces son dos padecimientos que siempre van juntos”.
La presión arterial es regulada por los riñones y cuando se tiene una enfermedad renal, lo primera que se altera es la presión arterial, lo que hará que los riñones se dañen más con el paso de los años, mencionó.
En los pacientes que no tienen ninguna otra patología, muy probablemente sólo haya un desajuste en los organismos de regulación de la presión arterial a nivel renal.
Recalcó que esta enfermedad crónica en muchos casos es asintomática, lo que representa un riesgo en la población, ya que las personas no saben que tienen este padecimiento hasta que se complica, por ello, invitó a que los ciudadanos se realicen chequeos frecuentes y mejoren sus hábitos de vida.
Al visitar al médico, las personas deben solicitar que les tomen la presión arterial, sin importar la edad, se le debe practicar a los recién nacidos, niños y adultos; es un estudio que no lleva más de cinco minutos y no es caro, recomendó.
Las causas se refieren al estilo de vida de la población: el sedentarismo, la obesidad, los hábitos alimenticios, consumo de mucha sal, grasa, el tabaquismo, el alcoholismo y los problemas renales, aunados a la diabetes.