Huauchinango, pUE.- Aún se comenta como horrible, improvisado, un fiasco, el espectáculo de coronación de Analí I, reina de la 73ª Feria de las Flores, y es que este evento desde hace décadas es punta de arranque de los festejos, pero lo único que logró fue aburrir al público por lo mal iluminado, sin un guión estructural, con improvisados actores, etc.; el intento que pretendía empatarse con los festejos del Bicentenario (sic), se quedó en eso, un mero intento que dejó con mal sabor de boca no sólo al público asistente, sino también a los organizadores.
Aunque se dijo que no era el clásico Colorín, la gente extrañó la fastuosidad, el colorido, la espectacularidad del teatro de masas iniciado por el maestro Carlos Rosas Rueda a finales de los años 60’s, y presentado -a veces con acierto, otras más con desencanto-, en diversas administraciones. La presente, que ha pregonado en voz de sus regidores un supuesto ‘rescate a nuestras tradiciones’ y que en el eslogan de la feria reza: ‘La alegría de nuestras tradiciones’, no sólo ha incumplido con su manda, sino todo lo contrario, se nota en Casa de Cultura, en la organización y en el programa de feria hay -podríamos decir- mucha reina y poca feria.
LOS PASAJES DE NUESTRO PASADO HISTÓRICO
En un intento por realizar una plástica acorde con los festejos del bicentenario (sic), la coreógrafa Guadalupe García presentó un montaje llamado ‘Pasajes de nuestro pasado histórico’. Anacrónico, sin forma ni contenido específico, donde improvisados actores entraban y salían por un escenario que se supone era la casa de los Serdán o el Palacio de Gobierno (de Puebla). Menos de 30 integrantes del ballet Cuauhnáhuac intentaron resolver las situaciones escénicas en un montaje que carecía de un guión estructural: ¿Alguien entendió qué hacían policías del Ayuntamiento de Huauchinango -con su uniforme y leyenda- asaltando o salvando a alguien en el supuesto Palacio de Gobierno? Ojalá no sea premonición o una segunda lectura.
De un año a otro, de un pasaje a otro, la propuesta no cautivó ni atrapó a los asistentes, sólo cuando salió la escaramuza 5 de Mayo se escuchó uno que otro aplauso.
La coronación -sobre todo la primera de cada Ayuntamiento-, ha sido el pretexto para echarse a la bolsa a los huauchinanguenses, para legitimarse y es vox populi que todos esperan que esa primera sea sorprendente, aunque saben que las próximas no. En ella, la gente espera lo agradable, digerible, lo sorprendente, sí lo histórico, pero con elementos escenográficos visuales atractivos, lo exige el lugar, es muy grande y por ende la utilería, escenografía, maquillaje, movimientos coreográficos deben ser maximizados.
La pregunta es por qué la insistencia de García Avilés de mostrar una clase de historia general si ya hace un año Vidal Calvario y su compañía de danza C’ Acatl presentaron un espectáculo con resultados poco favorables, un montaje que no era para las masas sino para un foro cerrado y que también fue terminado en el momento, con la diferencia de que ellos son estudiantes de danza.
NO HUBO NI VOLADORES
Para colmo, a los voladores ‘Hermanos Águila’, regenteados por don Bulmaro Maldonado, con los que llenaron el programa cultural de la feria, no se les permitió ‘abordar’ sus respectivos palos, aunque los estaban anunciando por medios radiofónicos y se dijo que ‘iba ver’ (sic) voladores, la gente que acude a la coronación sólo a mirarlos, salió desilusionada. No es para menos, es con ellos con los que se cierra el espectáculo de inicio de feria y que ha maravillado no sólo a los serranos, la misma Nieves Paniagua, Directora de la Compañía Nacional de Danza Folklórica, cuando presenció el espectáculo -hace algunos años-, se quedó embelesada.
¿Y DÓNDE ESTÁ LA REINA?
Analí I, desfiló en su carruaje por las calles rumbo al recinto cultural sin huehues ni séquito, ni el jolgorio que indica que ha iniciado la fiesta; iba acompañada de un mariachi y uno que otro familiar. La bella joven -que luce mejor en persona-, fue coronada por el Presidente Municipal y el Síndico; el ambiente tenso, frío entre la reina y los funcionarios fue notorio. Al evento acudió el Secretario Particular del Secretario de Turismo del Estado de Puebla, en representación del Gobernador Rafael Moreno Valle. De no ser porque el maestro de ceremonia expresó: ‘señoras y señores ya tenemos reina’, la gente no hubiera notado el acto protocolario. Los comentarios no se hicieron esperar: «¿Y la reina?, ‘está hasta allá arriba arrumbada’, ¿Y ya la coronaron?, ‘creo que sí'».
En fin, existe tanto material en la región: danzas, folclore literario, mitos, documentos, libros, crónicas, etc., que lo único que tiene que hacer el comité de feria es encontrarse con ellos, estudiarlos y rodearse de un equipo que sepa sobre artes escénicas. Y si realmente la administración que encabeza Omar Martínez Amador quiere rescatar ‘nuestras tradiciones’, debe dejarlo hacer a aquellos que están contribuyendo con la cultura de la Sierra Norte de Puebla. El vengarse, vetar, castigar y verlo todo con afán de lucro no ayuda en nada a su gestión, al contrario, corre el riesgo de que sus eventos -y toda su administración- luzcan como su primera coronación: desangelada y sombría.