El pasado once de mayo en este mismo medio publicamos una información que tiene que ver con un servidor público de nombre Rafael Pérez Mendoza, quien actualmente se desempeña como director de maquinaria de apoyo en la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno del estado de Puebla, información que hoy me permitiré aclarar y explicar a nuestros lectores.
Lo lamentable del asunto y por lo cual retomamos el tema es porque deseamos explicar que no todas las denuncias anónimas son ciertas y no toda la información que nos llega a este medio puede ser corroborada, uno, por la falta de probidad de los denunciantes y dos, por el tiempo que siempre es insuficiente en un medio de comunicación, lo que nos hace a los periodistas cometer errores lamentables, pero quienes somos profesionales debemos tener el valor de reconocer.
En esa nota expresé que Rafael Pérez Mendoza “tiene un mal comportamiento con sus subordinados”, lo cual no es verdad.
En la información que recibimos de manera personal, el denunciante nos manifestó que los apoyos a los subordinados consistentes en viáticos no eran distribuidos, pero lo que resultó fue que ahora esos recursos se reparten de una manera equitativa y no solo entre unos cuantos quienes protestaron porque ya no les llegó “el extra” que estaban acostumbrados a recibir.
Lo más grave e infame de esta información es que quisieron adjudicar a dicho funcionario el delito de “acoso sexual” en contra de sus compañeras de trabajo y a quienes hoy se sabe nunca trata como subordinadas sino como verdaderas compañeras de oficina, lo importante de esta información y por lo cual de inmediato inicie mi propia investigación, es que las personas que laboran en este tipo de oficinas son mujeres profesionistas y con buen nivel educativo, las cuales saben perfectamente a dónde y con quién acudir en caso de sufrir agresiones de este tipo, lo cual corrobora que, al no existir una sola denuncia ante la instancia correspondiente, no existe tal ilícito ni señalamiento sobre acoso sexual.
Un dato más que erróneamente nos dijeron fue que Pérez Mendoza fungió como servidor público en la administración que encabezó Blanca Alcalá Ruiz, y que “hubo enriquecimiento inexplicable”, lo cual resultó ser falso porque en los archivos de la Contraloría municipal no existe un sólo expediente de queja abierto en contra del señalado, quien lleva quince años en la administración pública y no existe queja alguna interpuesta por los ciudadanos a los que ha servido y tampoco por parte de quienes han sido sus compañeros de trabajo en ese mismo lapso.
Dentro del servicio público existen instancias adecuadas para interponer una queja y denunciar a los servidores públicos deshonestos, a esas instancias deben acudir quien o quienes consideren que algún servidor público actúa mal, pero además hay que agregar que se debe contar con las pruebas suficientes para poder justificar y probar lo que se diga en la denuncia “quien señala está obligado a probar”, reza una máxima del Derecho.
Quienes nos dedicamos al periodismo objetivo, siempre lo hacemos de buena fe y siempre pensamos que las personas que nos escriben o nos reportan información lo hacen de la misma manera, pero a veces la realidad es distinta.
Por mi parte, reitero mi compromiso con mis lectores de redoblar esfuerzos para poder ofrecer información objetiva y veraz.
De las investigaciones que hice estos últimos días, he comprobado que el licenciado Rafael Pérez Mendoza es un joven profesionista, del servicio civil de carrera que siempre ha tenido un buen desempeño, por lo que, públicamente, le pido una disculpa por haber publicado inexactitudes.