Por fin el tema de la reforma laboral ha sido aprobado en lo general por las diversas comisiones y bancadas del Congreso de la Unión, ahora toca turno a los integrantes del Senado analizarla y, con ello, palomear los nuevos lineamientos con que serán amedrentados los sindicatos de trabajadores en el país.
Más allá de que la reforma laboral busca ajustarse a las demandas de la modernidad, tiene por objeto aumentar la calidad y la productividad en el empleo y, al mismo tiempo, acotar el poder de los líderes sindicales y sus gremios que durante varias décadas de expansión y libre albedrío han representado un lastre para la generación de fuentes de empleo.
Asimismo, la reforma laboral es una opción acertada para el destrabe de la generación de empleos mediante la flexibilización de la contratación mediante contratos a prueba por 30 días, contratos de capacitación por 3 meses, contratos por tiempo indeterminado discontinuos, jornada semanal y días de descanso flexibles.
Por otro lado, con estas modificaciones a la ley será posible que los sindicatos de trabajadores en el país tengan la obligación de transparentar sus recursos financieros y lleven a cabo la rendición de cuentas, acaten las modificaciones al derecho de huelga, la prohibición al recorte automático al pago de los trabajadores para financiar a los propios sindicatos y se legitimen los procesos de elección para la renovación de sus líderes, en términos de una verdadera democracia sindical.
Aunque desafortunadamente para la elección de los actuales líderes del sindicato de maestros y de los trabajadores petroleros, la minuta sobre la democracia sindical, que incluye dicha reforma laboral, no se haya aplicado para ponerle fin a los cacicazgos perpetuos y a la reelección de quienes los han encabezado -por periodos mayores a una o dos décadas- con un autoritarismo absoluto que impide el progreso de la vida democrática de México.
Por lo que esta situación representa no sólo una alerta para el próximo gobierno entrante, sino un reto más que conlleva la perpetuación de la maestra Elba Esther Gordillo y de Carlos Romero Deschamps como personajes que se han caracterizado por su tenaz liderazgo y la defensa de los derechos de sus trabajadores de forma autónoma y sin sometimiento alguno.
De cualquier forma, la reforma a la Ley Federal del Trabajo que desde hace 25 años el sector empresarial había buscado modificar, por fin está a un paso de entrar en vigor, por lo que tanto la relación obrero-patronal como la interacción entre las empresas y los sindicatos con las autoridades en función sufrirán cambios provechosos que se verán reflejados al interior de sus organizaciones como al exterior en conjunto con los demás actores sociales, políticos y empresariales.
Finalmente, el escenario que se suscita en nuestro país en medio de la inseguridad, la pobreza, la falta de servicios, de salud, de educación y de infraestructura, la carencia de fuentes de empleo formal, y la persistente marginación de las féminas en los distintos ámbitos de la vida social, laboral y política debe evolucionar y permitir el desarrollo a través de los cambios que constituye el dinamismo propio de la modernidad.
Enhorabuena por la aprobación de la reforma laboral y por el bien de todos los ciudadanos que desempeñan su trabajo con vocación, honestidad y respeto, porque su dedicación y participación es fundamental para el logro de una nación más productiva, competitiva y democrática en todos los sentidos.